En un lamentable suceso ocurrido en el hospital Nasser de la Franja de Gaza, al menos 20 personas han perdido la vida, incluidas cuatro periodistas, tras un ataque que las autoridades locales atribuyen a Israel. Este incidente ha despertado una profunda consternación en la comunidad internacional y ha llevado a la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a expresar su pesar por el "trágico accidente".

Netanyahu, a través de un comunicado oficial, ha tratado de enmarcar la situación, enfatizando que el gobierno israelí reconoce la labor de los periodistas y del personal de salud, y que "las autoridades militares están llevando a cabo una investigación exhaustiva". Afirmó que el objetivo de su país es combatir a los terroristas de Hamás, desmarcándose de la intención de atacar a civiles o a profesionales de los medios de comunicación.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han confirmado su responsabilidad en el ataque al hospital, expresando su pesar por los daños causados a personas ajenas al conflicto. En un intento de justificar el impacto, el Ejército subrayó que no es su política atacar deliberadamente a periodistas, refiriéndose a su accionar como parte de una campaña más amplia para debilitar a Hamás y en un contexto de rescate de rehenes.

Este incidente se produce tras informes del Ministerio de Sanidad de Gaza, que señalaron que un primer ataque golpeó el cuarto piso del hospital, seguido de un segundo impacto al llegar las ambulancias para brindar ayuda. La escalofriante noticia ha desencadenado un fuerte llamado a la acción desde diversas organizaciones humanitarias.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha reportado además que al menos otros 50 heridos han sido contabilizados, muchos de los cuales se encuentran en estado crítico. Este ataque pone de relieve la grave crisis humanitaria que vive Gaza, donde la violencia y la falta de recursos siguen causando estragos en la población civil.