Israel impone una restricción de seis meses al gran muftí de Jerusalén para entrar a la mezquita de Al Aqsa.

En una reciente decisión que ha generado intensas reacciones, las autoridades israelíes han restringido el acceso del gran muftí de Jerusalén, Mohamed Hussein, a la mezquita de Al Aqsa por un período de seis meses. Esta medida llega tras lo que muchos consideran una visita "provocadora" del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, a la Explanada de las Mezquitas el pasado fin de semana.
La gobernación de Jerusalén anunció esta determinación a través de un comunicado en su cuenta de Facebook, donde se indicó que el mayor general Amir Arzani, comandante de la Policía del distrito, formalizó la orden que prohíbe el acceso al muftí. Esta acción ha suscitado preocupación entre quienes defienden los derechos religiosos y el libre acceso a los lugares sagrados.
Esta no es la primera vez que se limita la libertad del gran muftí. Anteriormente, había sido vetado durante ocho días tras un sermón en el que abordó la grave situación de hambre que atraviesa la Franja de Gaza, lo que expone la creciente tensión entre las autoridades israelíes y los líderes religiosos palestinos.
Durante su visita a la Explanada, Ben Gvir hizo declaraciones que pedían la reocupación de Gaza por las fuerzas israelíes, generando un fuerte rechazo internacional y desatando la indignación de la comunidad musulmana en todo el mundo. Estas palabras han avivado aún más el clima de tensión y desencuentro en una región marcada por conflictos ancestrales.
Las visitas de funcionarios israelíes al complejo religioso han desencadenado condenas tanto de las autoridades palestinas como de las jordanas, responsables de mantener el estado actual que prohíbe a los judíos rezar en la Explanada de las Mezquitas. Sin embargo, la Policía israelí ha sido conocida por permitir rezos limitados bajo su vigilancia, lo que complica aún más la situación en un lugar tan sensible.
La Explanada de las Mezquitas, que Israel controla desde la Guerra de los Seis Días en 1967, es un sitio de inmenso valor histórico y espiritual para ambas comunidades. Allí se encuentran vestigios del Primer y Segundo Templo, mientras que la mezquita de Al Aqsa es considerada el tercer lugar más sagrado del islam, lo que la convierte en un símbolo de identidad y resistencia para los palestinos.
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