
En Madrid, el 20 de junio, un nuevo capítulo de tensión se ha desatado en la región fronteriza entre Israel y Líbano, a medida que el Ejército israelí ha lanzado una serie de ofensivas aéreas en el sur del país vecino. Este ataque se dirige específicamente contra lo que las autoridades israelíes han denominado "instalaciones militares" pertenecientes a Hezbolá, en un momento en que se esperaba que el alto el fuego establecido en noviembre pasado prevaleciera.
A pesar del acuerdo de cese de hostilidades que requiere al Ejército libanés hacerse cargo de la seguridad en la región, el gobierno israelí ha manifestado su descontento con la efectividad de este mecanismo, argumentando que las operaciones del Ejército libanés han sido insuficientes, lo que justificaría la necesidad de volver a intervenir con ataques aéreos.
La prensa libanesa, a través del medio 'L'Orient le Jour', ha reportado que en un corto lapso de tiempo se llevaron a cabo al menos una docena de incursiones, impactando diversas localidades como Jabal el Rihane, Blat, Jbour, Qatrani y Wadi Borghoz, intensificando aún más la inquietud en la región.
Desde la perspectiva israelí, las ofensivas de este viernes han tomado como objetivo depósitos de armamento de Hezbolá, resaltando que el grupo chií está intentando reactivar sus operaciones en estas instalaciones. Israel ha advertido que la existencia de armamento y la actividad de la organización son claramente incompatibles con los acuerdos de paz negociados con Líbano, subrayando la urgencia de actuar ante lo que consideran una violación de dichos términos.
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