El 7 de mayo en Madrid, se ha mencionado que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) afirman haber matado a un alto mandamás de Hezbolá, Adnan Muhammad Sadeq Harb, en un reciente ataque aéreo en la región de Nabatié, Líbano. Esta acción se produce en medio de un alto el fuego declarado entre las partes, lo cual añade una capa de complejidad a la situación en la zona.

Harb, quien era responsable de la unidad de apoyo logístico de Hezbolá en el área, estaba encargado de mover armamento entre diversas unidades dentro de Líbano, según lo afirmado por las FDI en la plataforma X. Además, su labor incluía el restablecimiento de las capacidades operativas del grupo, lo que lo convertía en un blanco estratégico para las fuerzas israelíes.

Por otro lado, el Centro de Operaciones de Emergencia de Salud Pública del Ministerio de Salud libanés ha reportado que una persona, cuya identidad no ha sido revelada, perdió la vida a causa de un ataque aéreo israelí que impactó un vehículo en Kfar Rumane, dentro de la misma gobernación de Nabatié. Este ataque dejó a otras tres personas heridas, subrayando las consecuencias humanitarias de los bombardeos.

Esta reciente acción por parte de la aviación israelí marca el tercero de este mes, siendo precedido por ataques en Mais al Yabal y en el valle de la Becá, lo que pone en entredicho la validez del alto al fuego firmado en noviembre de 2024.

Las autoridades israelíes han defendido su postura, alegando que sus operaciones están dirigidas exclusivamente contra la milicia de Hezbolá, asegurando que no están infringiendo el acuerdo de alto el fuego. Sin embargo, la situación es compleja, ya que ambas partes deberían haber retirado sus fuerzas del sur de Líbano, y se ha documentado que el Ejército israelí ha mantenido múltiples puestos en territorio libanés, además de llevar a cabo numerosos ataques en la región.