Este lunes, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han anunciado un operativo militar dirigido a instalaciones del antiguo régimen de Bashar al Assad en el noreste de Siria. Este ataque se produce tras la caída del presidente depuesto en diciembre, cuando grupos rebeldes y yihadistas tomaron el control del país, bajo el liderazgo de Ahmed al Shara.
Los objetivos de los ataques se han localizado en la región de Qardaha, una área situada en la gobernación de Latakia, cercana a la costa y considerada uno de los enclaves restantes de apoyo al ex presidente. Al Assad, después de su derrota, se trasladó a Rusia, dejando este grupo en manos de HTS, que ahora controla importantes partes del país.
El ejército israelí justificó su intervención en el contexto de la inestabilidad reciente en la zona. Afirmaron que su objetivo es destruir la infraestructura militar que podría amenazar la seguridad de Israel. En un breve comunicado, resaltaron que están vigilando de cerca los acontecimientos en Siria y que tomarán las medidas necesarias para garantizar la protección de sus ciudadanos.
Desde Londres, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que cuenta con una red de informantes en Siria, reportó fuertes explosiones en el puerto de Tartús, a varios kilómetros del epicentro del ataque israelí. Asimismo, habitantes de la zona han informado que recibieron alertas en sus teléfonos móviles sobre la situación de peligro.
Según testigos y el propio Observatorio, se escucharon explosiones coincidiendo con el paso de un vuelo no identificado, lo que generó grandes columnas de humo en la región. A su vez, la agencia de noticias estatal siria, SANA, corroboró que "aviones de ocupación israelíes" llevaron a cabo estos ataques en Tartús, lo que agrava aún más las tensiones en el área.
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