Este sábado, 25 de enero, se ha marcado un nuevo capítulo en el conflicto entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamás, con la puesta en marcha de un segundo canje de rehenes en el marco del acuerdo de alto el fuego en la Franja de Gaza. En esta ocasión, el proceso se centró en la liberación de cuatro ciudadanos israelíes, quienes fueron secuestrados en el contexto de las tensiones persistentes en la región.

Según informes de testigos presenciales, incluyendo reportes de Al Yazira y Al Arabiya, vehículos del movimiento Hamás han llegado a la plaza Saraya en Gaza, donde están supervisando la liberación de Karina Ariev, Danielle Gilboa, Naama Levy y Liri Albag. Estas cuatro personas serán trasladadas a los puntos designados por las Fuerzas de Defensa de Israel, donde se desplegarán medidas para asegurar su bienestar tras su liberación.

El Ejército israelí, por su parte, ha habilitado “puntos de recepción inicial” en los que se ofrecerá atención médica y apoyo personal a las liberadas. En un comunicado realizado a través de su cuenta en la red social X, se ha confirmado que, tras la evaluación inicial, las rehenes serán posteriormente enviadas a hospitales para asegurarse de que recibirán la atención necesaria y se reunirán con sus seres queridos.

Sin embargo, la Oficina para Asuntos de Prisioneros Palestinos ha emitido un comunicado breve en el que señala que ha encontrado incoherencias en la lista de prisioneros proporcionada por Israel. Han identificado errores en los nombres de algunos de los presos que se pretende liberar, lo que ya ha sido informado a los mediadores internacionales involucrados en este delicado proceso.

Este intercambio de rehenes se produce una semana después de que tres rehenes lograran regresar a sus hogares, lo cual formaba parte de un acuerdo más amplio que contemplaba el canje de rehenes por prisioneros palestinos en el contexto de un alto el fuego. En esa ocasión, 90 prisioneros palestinos fueron liberados como parte del acuerdo.

Las futuras liberaciones están programadas para extenderse durante las próximas cinco semanas, con el objetivo final de conseguir el intercambio de un total de 33 rehenes israelíes por más de 1.900 prisioneros palestinos, un proceso que representa un complejo y difícil camino hacia la resolución de un conflicto que ha durado décadas.