El Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), la filial de Al Qaeda en el Sahel, ha logrado infligir fuertes golpes con sus recientes acciones en Malí y Burkina Faso. Estas acciones han puesto en aprietos a las juntas militares que gobiernan estos países africanos.

MADRID, 13 Oct.

Según un informe del comité de la ONU encargado de seguimiento a las sanciones contra Al Qaeda y Estado Islámico, JNIM es actualmente la mayor amenaza para la seguridad en la región. Con aproximadamente entre 5.000 y 6.000 combatientes, la filial de Al Qaeda continúa expandiéndose principalmente en Burkina Faso, Malí y Níger.

Bajo el liderazgo de Iyad ag Ghali, JNIM ha perpetrado dos importantes ataques recientes en Burkina Faso y Malí, desafiando la capacidad de las juntas militares para contener su avance. El primero de estos ataques ocurrió en Barsalogho, Burkina Faso, donde cientos de personas fueron asesinadas.

El informe de la Inteligencia francesa sugiere que la situación de seguridad en Burkina Faso se ha deteriorado significativamente, con los grupos terroristas disfrutando de mayor libertad de acción debido a la incapacidad de las fuerzas de seguridad para abordar la amenaza.

En Malí, milicianos de JNIM realizaron un ataque en la capital, Bamako, donde se estima que decenas de personas murieron. Estos ataques han sido parte de una serie de acciones llevadas a cabo por la filial de Al Qaeda en la región en los últimos tiempos.

Según expertos, JNIM busca demostrar que tiene la capacidad de atacar incluso en las áreas urbanas y contra objetivos militares. Además, la organización ha seguido llevando a cabo acciones en el norte de Malí, aumentando la inestabilidad en la región.

A medida que la crisis se intensifica en Burkina Faso y Malí, preocupa la posible expansión de JNIM hacia el sur de la región. Países como Costa de Marfil, Ghana, Togo y Benín podrían convertirse en objetivos, como lo evidencian los recientes ataques en Togo que dejaron numerosas víctimas.