Juan Carlos Garvayo se une a la Real Academia de Bellas Artes y destaca la importancia de la música de cámara.
El pianista español Juan Carlos Garvayo ha sido honrado con su ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, presentando un magnético discurso titulado 'Música compartida. Reflexiones sobre la práctica camerística'. En esta disertación, Garvayo no solo se ha detenido en las diversas dificultades históricas que ha encontrado la música de cámara en España, sino que también ha puesto de relieve su papel fundamental en el panorama cultural del país.
La candidatura de Garvayo fue impulsada por figuras destacadas como la fotógrafa Isabel Muñoz, el compositor José Luis Turina, y el director de orquesta y compositor José Ramón Encinar. Su elección como académico de número por la Sección de Música tuvo lugar el 24 de junio de 2024, con una respuesta oficial de la Corporación dada por el renombrado musicólogo José Luis García del Busto.
En su discurso de recepción, Juan Carlos Garvayo exploró el significado de la música de cámara en su trayectoria, tanto profesional como personal. Recordó con nostalgia el primer recital de su grupo 'Trío Arbós' en esta misma Academia, un evento que no solo marcó el inicio de su andadura en la música de cámara, sino que también cimentó las bases de su identidad artística.
El pianista resaltó la importancia de esos primeros conciertos, que a su juicio, fueron fundamentales para definir la esencia del grupo. Subrayó cómo la práctica de la música de cámara es esencial para la formación integral de un músico, en especial en el desarrollo de habilidades colaborativas y rítmicas que son imprescindibles en cualquier interpretación musical.
Durante su intervención, Garvayo también hizo una emotiva mención a quienes respaldaron su candidatura, recordando con cariño al pianista Manuel Carra, cuyo legado ahora continúa en su medalla académica. Además, destacó la influencia significativa de referentes como Alfred Brendel en el transcurso de su carrera musical.
El nuevo académico defendió la música de cámara como un terreno fértil para el diálogo entre intérpretes y compositores, subrayando la interacción con creadores contemporáneos como un recurso invaluable que ha alimentado su aprendizaje y creatividad.
citando al notable Enrique Fernández Arbós, Garvayo destacó la música de cámara como una forma de arte de elevada pureza y profundidad. Esta disciplina, según él, ofrece un placer tan íntimo como profundo tanto para los artistas que la interpretan como para los oyentes que la disfrutan. Con su discurso, no solo conmemora su ingreso en la Academia, sino que también reafirma su compromiso inquebrantable con la música de cámara como un medio vital de expresión artística.
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