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La DGT busca reforzar el equipo de examinadores para satisfacer la creciente demanda.

La DGT busca reforzar el equipo de examinadores para satisfacer la creciente demanda.

El director de la Dirección General de Tráfico (DGT), Pere Navarro, ha reafirmado su compromiso de mantener un alto estándar en las pruebas para la obtención del permiso de conducir, subrayando que se trata de un proceso que no debe tomarse a la ligera.

Durante un encuentro informativo en Madrid, Navarro reveló que la DGT se encuentra actualmente en conversaciones con el Ministerio de Función Pública con el objetivo de incrementar el número de examinadores de tráfico, para así responder a la creciente demanda de permisos de conducir en el país.

A pesar de contar con más de 900 examinadores, que representan un 98% de su capacidad necesaria según la Relación de Puestos de Trabajo (RPT), el director reconoció que aún hay una escasez significativa de personal. Esta situación, según explicó, se debe en parte al aumento de la población española, que ha crecido de 40 a 50 millones de habitantes, así como a un incremento de aproximadamente 8.000 solicitudes mensuales en comparación con el año anterior.

Navarro también destacó que los exámenes se han vuelto más complejos siguiendo las normativas europeas, lo que ha llevado a una reducción drástica en el número de pruebas que un examinador puede realizar en un día. Mientras que antes eran 16, ahora solo se pueden llevar a cabo 12. Esta baja productividad, sumada a una tasa de aprobación que ronda el 50% en la primera convocatoria, ha desencadenado una discusión sobre la posibilidad de reducir los requisitos de las pruebas.

Sin embargo, el director enfatizó que no está dispuesto a sacrificar la seriedad del proceso. "Bajar el nivel de exigencia no es una opción. El permiso de conducir implica responsabilidades cruciales y no debemos trivializarlo", afirmó con firmeza.

Navarro también abordó la cuestión de la edad en la obtención del carnet. Sin entrar en detalles sobre las limitaciones por edad, se centró en la idea de que la capacidad de conducir debería evaluarse en base a la condición física del individuo, instando a las personas mayores a hacerse responsables de su propia habilidad en la carretera.

El director hizo hincapié en la necesidad de una legislación sobre movilidad, que lleva demasiado tiempo estancada en el Congreso. Criticó la falta de avances en comparación con otros países europeos, subrayando que una movilidad eficiente es un factor vital para la seguridad vial.

En cuanto al tráfico, Navarro alertó sobre el creciente problema de congestión en las entradas y salidas de las grandes ciudades, mencionando que el 85% de los vehículos solo transportan a una persona. Este fenómeno está contribuyendo a la formación de atascos crónicos que afectan a la calidad de vida de los ciudadanos.

La seguridad vial es otra de las preocupaciones prioritarias. Navarro apuntó a la siniestralidad de motoristas y el alto porcentaje de accidentes mortales derivados de salidas de vía, así como el impacto de la somnolencia al volante. “Consideramos que un porcentaje significativo de accidentes mortales está relacionado con la somnolencia”, añadió, señalando que se registran alrededor de 75 muertes anuales por esta causa.

El director también hizo referencia al "problema de los horarios" en España, que afecta tanto a la salud pública como a la seguridad vial. Mencionó el alto consumo de medicamentos para dormir y la peculiaridad de horarios televisivos tardíos, instando a una reflexión sobre su impacto en la vida diaria.

Por último, subrayó la importancia de la tecnología en la seguridad vial, haciendo hincapié en los sistemas avanzados de asistencia para la conducción y su potencial para reducir accidentes. "El camino hacia un futuro más seguro en nuestras carreteras pasa por adoptar e implementar estas tecnologías", concluyó, invitando a la ciudadanía a asumir una mayor responsabilidad en la seguridad vial.