En Madrid, el 5 de marzo, se ha anunciado una suspensión temporal del uso de los chalecos airbag por parte de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ATGC). Esta decisión se debe a la activación inesperada de estos dispositivos en algunos motoristas, lo que ha motivado a las autoridades a adoptar medidas cautelares en línea con las sugerencias del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales.

Fuentes de la Guardia Civil informaron a Europa Press que esta suspensión se mantendrá vigente hasta que el fabricante logre resolver las causas detrás de los pocos incidentes ocurridos. Hasta este momento, se han distribuido un total de 3.624 chalecos, mientras que aún quedan 1.037 en espera de ser entregados. De las unidades ya distribuidas, únicamente se han reportado ocho activaciones erróneas, un número que representa un escaso 0,2% del total, enfatizaron las mismas fuentes.

El ajuste en el uso de los chalecos obedece a la necesidad de optimizar la sensibilidad del sensor que activa el airbag, con el propósito de que se adecue mejor a las demandas específicas de la conducción en un entorno policial. Las autoridades han asegurado que, una vez implementadas las modificaciones necesarias, estos chalecos serán sometidos a pruebas estrictas en la Escuela de Tráfico, asegurando así su correcto funcionamiento antes de que sean entregados nuevamente a los agentes.

“Se trata de una decisión preventiva para garantizar la seguridad de nuestros agentes. La intención es reintroducir el equipo tan pronto como sea posible, con todas las garantías pertinentes”, añadieron los representantes de la Guardia Civil.

Cabe recordar que el 17 de febrero, la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) había manifestado su preocupación mediante un comunicado, señalando fallos en la activación electrónica de estos chalecos y solicitando una investigación exhaustiva sobre la cuestión.