
En un importante pronunciamiento, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha manifestado su firme rechazo a los recientes ataques dirigidos contra la misión de paz en Líbano, conocida como FINUL. Este miércoles, el organismo internacional demandó a ambas partes, el Ejército israelí y el partido-milicia chií Hezbolá, que asuman la responsabilidad de garantizar la seguridad de los 'cascos azules', quienes desempeñan un papel crucial en la estabilidad de la región.
Barbara Woodward, representante británica y presidenta del Consejo, subrayó la gravedad de la situación al declarar que los incidentes ocurridos en las últimas semanas, con especial mención a los ataques del 29 de octubre, así como los del 7 y 8 de noviembre, han causado daños significativos a las posiciones de la misión y han puesto en riesgo la vida del personal. Este contexto de violencia y hostilidades a lo largo de la Línea Azul ha llevado a la comunidad internacional a intervenir y abogar por un alto el fuego.
Los miembros del Consejo han hecho un llamado a todas las partes involucradas para que implementen las medidas necesarias que garanticen no solo la seguridad de los efectivos de la FINUL, sino también la integridad de sus instalaciones. Woodward enfatizó que los 'cascos azules' deben estar protegidos y no deben ser considerados como objetivos de ataque en ningún contexto.
Además de su condena a la violencia, el Consejo ha reiterado su completo apoyo a la misión de paz, reconociendo su papel fundamental en la promoción de la estabilidad regional. Asimismo, agradeció a los países que contribuyen con efectivos para esta misión, resaltando la importancia de su participación en momentos de crisis. También expresaron una profunda inquietud por el aumento de las víctimas civiles y el número alarmante de personas desplazadas, así como por la devastación de infraestructuras y daños al patrimonio cultural en la región.
Por otro lado, es crucial entender que la escalada del conflicto comenzó el 1 de octubre, cuando el Ejército israelí lanzó una nueva invasión de Líbano tras semanas de intensos bombardeos que azotaron el país. Este último episodio de hostilidades se suma a un año de enfrentamientos desde que Hezbolá llevó a cabo un ataque en el territorio israelí, justo un día después de los devastadores ataques de Hamás el 7 de octubre de 2023. Como resultado de estas confrontaciones, la cifra de muertos en Líbano supera las 3.300 personas, mientras que en Gaza han fallecido más de 43.700, lo que pone de manifiesto la gravedad de la situación humanitaria que se vive actualmente en la región.
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