
En un viaje oficial que busca estrechar sus relaciones con Egipto, los Reyes Felipe y Letizia han culminado su segunda jornada con una experiencia de ensueño: la visita a las magnificentes pirámides de Guiza. Desde su llegada el martes, estos monarcas han estado inmersos en actividades que subrayan los lazos culturales y diplomáticos entre sus países.
Previo a una cena de gala, que habitualmente organiza el presidente anfitrión en estas visitas, el líder egipcio Abdelfatah El-Sisi y su esposa Entissar Amer decidieron ofrecer a Sus Majestades un momento excepcional, tras escuchar a Don Felipe expresar en su discurso durante el almuerzo en el Palacio de Al-Ittihadiy su deseo de contemplar el atardecer sobre las emblemáticas pirámides.
Después de una cena en el lujoso hotel Mena House, situado justo al lado de las Pirámides, el rey y la reina disfrutaron de una visita privada nocturna a este icónico sitio, acompañados por El-Sisi y su esposa. Fue una velada mágica, en la que tuvieron la oportunidad de apreciar la majestuosa esfinge y las notables pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos. La Casa Real compartió imágenes de este inolvidable encuentro con una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.
Doña Letizia, que ya había deslumbrado en su primer acto en El Cairo con un elegante vestido negro de escote bardot, continuó sorprendiendo al público con un encantador vestido blanco en su segundo día. Esta vez, lució un diseño azul cobalto con mangas largas y un estilo contemporáneo que le otorgó un aire sofisticado, complementado con calzado plateado y un clutch a juego.
Este viaje a Egipto no finalizará aquí, ya que los monarcas tienen programadas más actividades el jueves. Destaca su visita al Templo de Hatshepsut, donde inaugurará una nueva iluminación nocturna, desarrollada por empresas españolas, en honor a esta faraona histórica, la única mujer en ocupar el trono de Egipto.
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