
En la vibrante ciudad de Río de Janeiro, los líderes de los países en desarrollo que conforman el grupo BRICS han cerrado su cumbre con una declaración contundente que aboga por el multilateralismo y denuncia las guerras, sanciones y aranceles que se utilizan como estrategias políticas en el ámbito internacional.
Durante su encuentro del domingo, los representantes expresaron su profunda preocupación frente a los conflictos globales, así como el aumento de la polarización en el sistema internacional. Propusieron un enfoque multilateral que reconozca y respete la diversidad de perspectivas nacionales sobre temas cruciales que afectan al mundo.
El comunicado insta a la comunidad internacional a enfrentar estos retos y abordar las amenazas a la seguridad mediante medidas diplomáticas que reduzcan el riesgo de conflictos, subrayando la importancia de confrontar las causas fundamentales que los generan.
En el documento, conocido como la Declaración de Río de Janeiro, se alude al incremento en el gasto militar global, un comentario implícito a la decisión de la OTAN de destinar un 5% del PIB a defensa, aunque sin citar directamente a Estados Unidos.
Asimismo, el texto evita mencionar a Washington en su crítica a los recientes ataques a Irán y a sus instalaciones nucleares pacíficas, manteniendo así un enfoque cauteloso en sus relaciones internacionales.
En el marco de su declaración, los líderes del BRICS renovaron su apoyo a las iniciativas diplomáticas en busca de soluciones a los conflictos regionales y reclamaron al Consejo de Seguridad de la ONU tomar acciones sobre esta problemática.
La declaración también condenó las violaciones al Derecho Internacional Humanitario ocurridas durante la ofensiva israelí en Gaza, haciendo referencia al uso del hambre como táctica de guerra. El grupo instó a las partes en conflicto a entablar negociaciones de buena fe para lograr un alto el fuego inmediato y la retirada de las fuerzas israelíes de los territorios palestinos ocupados.
En el ámbito económico, la declaración hace hincapié en el rol del Nuevo Banco de Desarrollo, conocido como el Banco de los BRICS, considerado un actor clave en el desarrollo del sur global, y aboga por un sistema de pagos más justo en el comercio internacional.
A pesar de las expectativas, no se menciona la creación de una moneda única ni el posible abandono del dólar como estándar comercial. Este último tema había suscitado advertencias por parte del expresidente Donald Trump en relación con posibles aranceles punitivos.
Los BRICS también se posicionaron en contra de las sanciones unilaterales, especialmente aquellas que afectan a Irán y Rusia, y afirmaron que ninguna de las naciones del grupo apoya restricciones no autorizadas por el Consejo de Seguridad de la ONU, señalando las consecuencias perjudiciales que estas medidas conllevan.
Además, la declaración aboga por una gestión colectiva de la inteligencia artificial y estrategias concretas para combatir el cambio climático, con especial atención a las necesidades de financiación para las naciones en desarrollo. No obstante, se reconoce el papel persistente de los combustibles fósiles en muchas economías emergentes y en desarrollo.
Finalmente, el texto reafirma la vital importancia de la cooperación dentro del BRICS para contribuir a un futuro sostenible que promueva una transición justa y equitativa para todos los pueblos.
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