
El actor y director Louis Garrel, quien acaba de estrenar su película "El inocente" en España, ha afirmado que no cree que la generación anterior a la suya haya tenido más motivos para ser optimista. En una entrevista con Europa Press, el realizador dijo que no es historiador, pero que es poco probable que esa haya sido la realidad.
En "El inocente", Garrel actúa como protagonista junto a la actriz francesa Noémie Merlant. La película es una confrontación entre dos generaciones: una madre que se enamora de un exconvicto y un hijo que trata de sabotear su relación. Garrel explicó que la película es la historia de una madre que no quería renunciar a su alegría infantil, aunque tenga 60 años, y cómo su hijo lo ve como una locura.
Garrel dijo que su trabajo tiene algo de autobiográfico. "Me fijé un poco en lo que hacía mi madre en su trabajo a través de talleres en la cárcel. Gracias a eso conocí a mucha gente que salía de prisión y, de esta manera, casi puedo decir que de niño la cárcel era un sitio al que iba siempre mi madre y volvía de ella con gente", contó el actor.
Garrel dijo que le gusta abordar sus trabajos a través de la comedia y que es partidario de un cine más ligero. "Excepto películas que sean muy profundas y muy poéticas y esa sea la línea a seguir, si no hay humor en una cinta me falta algo: como si faltase un color en el cuadro. El humor permite al espectador respirar", dijo el actor. La película "El inocente" fue presentada durante su paso por el Festival de San Sebastián.
Garrel fue el último intérprete en dar vida en la gran pantalla a Jean-Luc Godard en la película "Mal genio", antes de la muerte del mítico cineasta. El actor dijo que la muerte de Godard y otros cineastas supone la muerte de una manera de hacer cine y no sabe si eso es una presión añadida para los nuevos realizadores.
Garrel dijo que Godard tenía una inmensa inteligencia y también una forma de hacer cine que sabía conectar con el público. Garrel cree que Hollywood ya no es lo que era antes y que prefieren permanecer en un cine más independiente o rodar en lugares como Nueva York. El actor cree que existe un diálogo entre la gran industria, el cine americano y la libertad supuesta que tienen los europeos. "Los cineastas americanos tienen envidia de la situación de los europeos y los europeos de los americanos", concluyó Garrel.
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