En una jornada soleada en Múnich, más de 200.000 personas salieron a las calles para protestar contra la deriva antidemocrática en el país y la influencia de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Esta movilización se produce luego de que AfD votara a favor de una reforma para endurecer las leyes migratorias en alianza con los conservadores, liderados por Friedrich Merz de la Unión Cristiano Demócrata (CDU).

La plaza Theresienwiese en Múnich se llenó de mujeres, hombres y niños que portaban carteles con mensajes como "No se puede luchar contra el fascismo con deportaciones" y "Prohibir a la AfD ahora". La diversidad y la dignidad humana fueron los pilares de esta manifestación que contó con el respaldo de sectores diversos de la sociedad, desde el Festival de Cine de Múnich hasta los clubes de fútbol locales Bayern y 1860.

En un panorama político preocupante, un orador austriaco alertó sobre las similitudes con las condiciones en el país vecino, donde el ultraderechista Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) busca formar gobierno en coalición con el conservador Partido Popular (ÖVP).

A pesar de las controvertidas votaciones en el Bundestag sobre política migratoria, los líderes de la alianza conservadora CDU/CSU rechazaron cualquier cooperación con AfD. Markus Soeder, líder de la CSU y primer ministro de Baviera, fue enfático al afirmar que no habrá colaboración con la ultraderechista, destacando la importancia de mantener la democracia y la cohesión social en Alemania.