Miquel Barceló entre la innovación de sus peces y la crítica a la tauromaquia en Madrid: "Los toros son del pasado, pero me fascinan".

En la vibrante ciudad de Madrid, desde el 29 de enero, la Galería Elvira González abre sus puertas a una fascinante exposición que invita a explorar el ingenio del reconocido artista Miquel Barceló. La colección, compuesta por 34 obras que incluyen peces "inventados" y motivos taurinos, ofrece al público una mirada fresca y original a piezas inéditas que abarcan la riqueza de su trayectoria.
Durante la inauguración, Barceló compartió sus pensamientos sobre la ambivalencia de sus temas artísticos, comentando que tanto si se trata de toros como de peces, la distinción es irrelevante. “Es como un belén en el que cada figura sirve para hacer un nacimiento. Pinto un cuadro y puede transformarse en una cosa u otra. Al final, he estado pintando lo mismo toda mi vida; esos temas son parte de mí”, reflexionó el artista de Mallorca. Además, destacó el significado profundo que asociados a los toros, describiéndolos como un “reloj de la vida o la muerte”, un símbolo que, aunque parece anclado en el pasado, sigue siendo relevante para él.
Barceló también admitió que el proceso creativo para él es impredecible, y que cuando empieza a trabajar en un lienzo, no tiene claro cuál será el resultado final. “Lo que me atrapa es lo que no termino de entender, como suele suceder”, agregó con una sonrisa, mostrando su fascinación por lo inesperado en su arte.
Bajo el título de ‘Flores, peces, toros’, la exposición se organiza en tres salas y no solo incluye pinturas, sino que también presenta cerámicas y acuarelas. Una de las cerámicas más destacadas, fabricada en 1996 después de un viaje a África, es una cabeza de pescado moldeada “a puñetazos”, técnica que refuerza la conexión visceral del artista con su material.
En cuanto a las cerámicas más recientes, Barceló explicó que algunas de ellas fueron elaboradas con canicas que, tras ser cocidas a más de 100 grados, se pulen para generar “imprevistos” visuales que aportan una dinámica interesante a sus obras.
Aunque la tauromaquia se manifiesta en algunas de sus cerámicas, el lienzo sigue siendo su soporte principal. A través de ellos, Barceló captura la esencia del toreo, tema que ha explorado desde los años 80. Con una perspectiva que oscila entre la vista de los espectadores y una visión más elevada, recrea momentos efervescentes en las plazas de toros, invitando al espectador a sumergirse en esta realidad cultural.
Entre las fascinantes obras de la colección, se encuentra una pieza que se asemeja a un cartel, originalmente destinado a un proyecto que nunca llegó a concretarse. “Se parece a un torero cansado y los toros no parecen muy muertos”, reflexionó, revelando su aguda observación crítica.
Todo el conjunto de la muestra está compuesto por piezas recientes, creadas en el último año. Un lienzo destacado es un amplio acuario repleto de peces de vivos colores que se entrelazan, simbolizando la belleza de lo efímero y lo sorprendente que caracteriza la naturaleza.
El artista comentó sobre esta vibrante obra: “Se refleja la imagen tropical de los peces exóticos. No me canso de observar los peces bajo el agua y por eso los pinto con el mismo gozo con que los miro. Son improbables, no creo que correspondan a especies reales, pero la combinación aleatoria me fascina. El naranja y el verde interactúan maravillosamente”, expresó mientras analizaba su trabajo.
Aunque las obras son recientes, los motivos que las inspiran han estado presentes en su vida artística desde hace años. “Espero haber aprendido algo. Aunque no soy muy diferente, ahora lo veo de otra manera. Toda mi vida he pintado las mismas cosas”, concluyó Miquel Barceló, invitando al público a visualizar su obra bajo una nueva luz y conectando con las raíces que continúan influyendo en su proceso creativo.
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