Un nuevo y trágico atentado en Cachemira ha sacudido a la comunidad internacional, dejando un saldo devastador de al menos 26 turistas fallecidos tras un ataque reclamado por el grupo guerrillero Frente de Resistencia, vinculado a la organización terrorista Lashkar-e-Taiba. Este violento suceso tuvo lugar en la localidad de Pahalgam, en el norte de India, lo que ha llevado al primer ministro Narendra Modi a regresar anticipadamente a Nueva Delhi desde su visita oficial a Arabia Saudí.

Modi, quien canceló una cena oficial que tenía programada, se reunió rápidamente al llegar al aeropuerto con su equipo de seguridad nacional, incluidos el asesor de Seguridad Nacional y el ministro de Exteriores. En esta reunión, discutieron la respuesta a este ataque que ha conmocionado al país, según reportes de la agencia de noticias ANI.

En respuesta al atentado, Modi se ha manifestado “enérgicamente” contra la violencia y ha expresado sus más sentidas condolencias a las familias de las víctimas, asegurando que aquellos responsables enfrentarán las consecuencias de sus acciones. “No se les perdonará la vida. Nuestra lucha contra el terrorismo es irreductible y se intensificará”, declaró el primer ministro indio, reafirmando su compromiso con la seguridad nacional.

Por otro lado, el Frente de Resistencia, que fue prohibido por el Gobierno indio el año pasado, emitió un comunicado donde critica políticas gubernamentales que, según ellos, facilitan un cambio demográfico en Jammu y Cachemira. Reclaman que muchos extranjeros que entran en la región como turistas en realidad buscan establecerse de manera permanente, lo que, alegan, provoca un incremento de la violencia en la zona.

A raíz del ataque, las Fuerzas Armadas de India han llevado a cabo operaciones para neutralizar a posibles terroristas. En una acción reciente en Baramulla, el ejército afirmó haber eliminado a dos individuos implicados en un intento de infiltración, mientras se recuperaban armamento y municiones significativas durante un intenso enfrentamiento armado.

La comunidad internacional ha unido fuerzas en la condena de este violento incidente. António Guterres, el secretario general de la ONU, subrayó que cualquier ataque contra civiles es “inaceptable”， mientras que Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, expresó su solidaridad con India, afirmando que el espíritu del país es “inquebrantable” tras este “vil ataque”.

La represalia global también incluyó pronunciamientos de líderes como el presidente de EE. UU., Donald Trump, quien calificó la situación como “profundamente inquietante” antes de ofrecer sus condolencias a Modi y apoyo en la búsqueda de justicia. Asimismo, líderes de varios países europeos, incluyendo al primer ministro británico Keir Starmer y el canciller alemán Olaf Scholz, manifestaron su tristeza y solidaridad ante este ataque terrorista devastador.

Este conflicto en Cachemira, que ha estado latente desde la partición de India y Pakistán en 1947, recuerda nuevamente la fragilidad de la paz en la región. A lo largo de los años, India ha señalado a Pakistán como responsable del apoyo a grupos armados en esta área, un punto que ha generado tensiones y confrontaciones recurrentes entre ambas naciones, incluyendo guerras y un alto el fuego desde 2003 que ha sido constantemente desafiado.