Familiares de las víctimas del ataque han expresado su descontento hacia Netanyahu durante su intervención, manifestando su rechazo de manera contundente.
MADRID, 3 Mar.
Benjamin Netanyahu, el primer ministro de Israel, se ha opuesto firmemente en su comparecencia parlamentaria de este lunes a la creación de una comisión de investigación sobre el ataque ocurrido el 7 de octubre de 2023. En cambio, se ha enfocado en criticar a la oposición y a quienes han cuestionado su gestión, acusándolos de estar en complicidad con los medios de comunicación y lo que él denomina el "Estado profundo".
Netanyahu subrayó la importancia de llevar a cabo una investigación exhaustiva sobre lo sucedido el 7 de octubre, afirmando que tal indagación debe ganarse la confianza de la mayoría de la población. Sin embargo, insistió en que debe ser una investigación "objetiva, equilibrada e independiente", y no una comisión impuesta por el Tribunal Supremo que él considera sesgada.
"La verdad es lo que la gente demanda. Nosotros también buscamos la verdad", enfatizó con vehemencia, golpeando el estrado para subrayar sus palabras. "Exigimos una comisión que examine cada detalle, sin excepciones", añadió cortante.
En este contexto, Netanyahu solicitó una revisión de las filtraciones de información que involucran al Consejo de Ministros y a sesiones confidenciales de la Knesset, señalando como responsables a los diputados del partido Demócratas e incluso al líder de esta formación, Yair Golan, que ha manifestado su negativa a realizar el servicio militar.
Lamentó que "nada de esto se esté investigando" y dirigió su indignación hacia los medios de comunicación y la burocracia, acusándolos de colaborar en investigaciones "infundadas" en su contra y en contra de sus allegados. "Esto es una farsa y un ataque severo a nuestra democracia", exclamó.
Netanyahu denunció la situación complicada que enfrenta Israel: mientras el país lucha contra sus enemigos externos, también debe lidiar con quienes, según él, están socavando la integridad de la nación desde dentro. Afirmó que la ciudadanía clama por una "victoria total" y criticó a aquellos que promueven la división y el odio, acusándolos de lanzar graves acusaciones contra su gobierno, como la entrega intencionada de rehenes.
Destacó que "la cooperación entre la burocracia del Estado profundo y los medios de comunicación no ha tenido éxito en Estados Unidos, y no funcionará aquí". Rechazó también los llamados escándalos "falsos" y las "cazas de brujas", asegurando que "la verdad y la justicia prevalecerán".
Durante esta sesión, el servicio de seguridad de la Knesset expulsó a varios representantes del Consejo de Octubre, un colectivo conformado por alrededor de 1.500 supervivientes, antiguos rehenes y familiares de las víctimas del ataque de octubre. Este grupo ha solicitado la renuncia del presidente del Parlamento, Amir Ohana, por la violencia desatada contra los activistas, quienes, a pesar de las tensiones, finalmente pudieron acceder al pleno, pero dieron la espalda a Netanyahu como señal de protesta.
Yair Lapid, líder de la oposición, también se mostró crítico respecto a la situación. "No hay límites para el horror y la vergüenza que generan las imágenes de los guardias de la Knesset empujando a familiares de las víctimas del 7 de octubre", publicó en X. Lapid consideró que "Ohana es responsable de este triste episodio".
Durante la misma sesión, Lapid hizo una dura acusación a Netanyahu, al recordarle que "el mayor desastre que ha sufrido el pueblo judío desde el Holocausto es responsabilidad suya". "Esta carga siempre le acompañará", agregó con firmeza.
Lapid insistió en que "nunca ha habido un gobierno con tantas razones para pedir disculpas. La nación entera está sufriendo, llena de ira y desesperación, desatendida por un gobierno que se niega a asumir la responsabilidad por sus acciones. Deben pedir perdón", exhortó.
La sesión comenzó con la presencia de los miembros del Consejo de Octubre, quienes sostuvieron fotografías de las víctimas del ataque. No obstante, el presidente del Parlamento, Ohana, ordenó de nuevo su expulsión alegando que no se permiten protestas, aunque posteriormente tuvo que corregir su postura y reclamar respeto hacia los familiares de las víctimas.
Dos diputados de la oposición, Gilad Kariv del partido Demócratas y Vladimir Beliak de Yesh Atid, fueron expulsados tras protestar enérgicamente contra Netanyahu al inicio de su intervención.
Antes de la sesión, el Consejo de Octubre emitió un comunicado en el que afirmaba: "Hoy hemos venido a escuchar al primer ministro. Exigimos que él también nos escuche". Reiteraron su demanda de una comisión de investigación inmediata.
En una rueda de prensa previa a la sesión, Tali Biner, una de las supervivientes del Festival Nova, manifestó su angustia: "No puedo dormir por las noches"; recordó los gritos de las víctimas, y pidió a Netanyahu una comisión que esclarezca los hechos de aquel día. "Si no comprendemos los fallos, no podremos corregirlos, lo que podría desatar un nuevo desastre", argumentó.
El rabino Elhanan Danino, padre de un rehén fallecido, pidió a los diputados que los miraran a los ojos y sintieran el dolor de quienes han perdido a sus seres queridos. "¿Y dicen que no quieren crear una comisión?", reprochó con desolación.
Otra familiar, Rachel Goldberg-Polin, recordó que Estados Unidos instauró una comisión de investigación tras los atentados del 11 de septiembre. "Aquella comisión condujo a cambios significativos en el Gobierno, reveló debilidades del sistema y publicó un informe claro. Pedimos en Israel una comisión que nos ayude a avanzar, hacia una luz que solo se alcanza a través de la claridad", concluyó.
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