En un movimiento que busca reafirmar su posición en la vanguardia tecnológica, Estados Unidos ha revelado su ambicioso plan de Acción de Inteligencia Artificial, el cual se enfoca en liberar el potencial de la IA eliminando regulaciones que, según sus promotores, obstaculizan el progreso. Sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas ha emitido un claro recordatorio sobre la necesidad urgente de una regulación global para evitar que estas innovaciones perpetúen las desigualdades sociales.
Este nuevo plan, difundido a través de un documento de 20 páginas, propone una estrategia que el gobierno estadounidense describe como el inicio de una "nueva era dorada" para la competitividad económica y la seguridad nacional. La Administración Trump se propone desmantelar las barreras que impiden el liderazgo estadounidense en el ámbito de la IA, con la intención de acelerar la innovación y fortalecer la infraestructura tecnológica del país.
El plan abarca más de 90 políticas propuestas y se centra en tres pilares clave: impulsar la innovación en inteligencia artificial, construir una robusta infraestructura tecnológica en el país y liderar esfuerzos diplomáticos y de seguridad internacional en esta área. Según se indica en un comunicado de La Casa Blanca, esto también implica una colaboración estrecha con el sector privado para promover la exportación de hardware, software y estándares relacionados con la IA hacia sus aliados globales.
Uno de los elementos más destacados del plan es la intención de facilitar un entorno propicio para la innovación mediante la eliminación de regulaciones que, según el gobierno, limitan el crecimiento y la implementación de tecnologías de inteligencia artificial. Se prevé que dicha eliminación permita la colaboración con gigantes de la tecnología como OpenAI, Google, Microsoft y Amazon.
En un enfoque que también implica aspectos de libertad de expresión, el plan propone la actualización de las directrices federales de adquisiciones para asegurar que solo se contraten modelos de IA que operen sin sesgos ideológicos, proponiendo así la controvertida prohibición de lo que llaman "IA Woke". Además, la administración ha puesto en tela de juicio las políticas de diversidad, equidad e inclusión, considerándolas como ideologías que amenazan el desarrollo tecnológico.
Donald Trump ha afirmado que estas medidas están diseñadas para consolidar el liderazgo estadounidense en inteligencia artificial, y las implementaciones comenzarán en el corto plazo. No obstante, el enfoque predominantemente desregulador del plan ha suscitado preocupaciones en la ONU, que insiste en la importancia de contar con un marco regulatorio a nivel internacional para mitigar el riesgo de que la IA exacerbe las desigualdades existentes.
Doreen Bogdan-Martin, secretaria general de la Unión Internacional de Telecomunicaciones de la ONU, ha subrayado que el 85 por ciento de los países no tienen políticas específicas sobre IA y ha enfatizado la necesidad de un enfoque colaborativo para coordinar su desarrollo de manera efectiva. Asimismo, ha enfatizado que las estrategias fragmentadas no servirán para abordar adecuadamente los desafíos globales que presenta la inteligencia artificial.
Por otro lado, la Unión Europea ha sido pionera en la regulación de la inteligencia artificial, implementando una legislación que busca proteger la seguridad y los derechos fundamentales de sus ciudadanos. Esta norma tiene como objetivo establecer un marco jurídico que regule el uso de la IA, asegurando la ciberseguridad y el desarrollo ético de las tecnologías asociadas.
China, por su parte, ha compartido recientemente su perspectiva sobre la regulación de la IA, proponiendo la creación de una "organización global de cooperación" que establezca normas universales para guiar el desarrollo y uso de estas tecnologías. El primer ministro chino, Li Qiang, ha resaltado la necesidad de encontrar un equilibrio entre desarrollo y seguridad, asegurando que la tecnología debe permanecer como una herramienta controlada por humanos.
Finalmente, la ONU, representada por Bogdan-Martin, ha vuelto a destacar la urgencia de fomentar un diálogo entre las diferentes aproximaciones hacia la regulación de la IA, promoviendo un enfoque que favorezca la seguridad y la cooperación para establecer un futuro tecnológico que beneficie a todos. En un momento en que las políticas se definen, es fundamental que todas las partes interesadas trabajen juntas para crear un entorno seguro y equitativo en el ámbito de la inteligencia artificial.
Tags:
Categoría:
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.