El pasado 8 de mayo, en Madrid, se informó sobre una peligrosa situación en Pakistán donde las autoridades han logrado derribar un dron que había sido enviado desde India y que estaba operando sobre Lahore, la segunda ciudad más grande del país. Esta acción tuvo lugar cerca del aeropuerto Walton, donde las fuerzas de seguridad pudieron inhibir los sistemas del vehículo aéreo no tripulado antes de que pudiera cumplir su misión.

El dron, que medía más de un metro y medio, supuestamente llevaba explosivos y estaba destinado a realizar actividades de espionaje en áreas consideradas sensibles, de acuerdo con fuentes de la policía local que fueron citadas por el canal Samaa. Este incidente elevado refleja la persistente tensión entre ambos países, que han mantenido una relación complicada a lo largo de los años.

Debido a estas preocupaciones, las autoridades decidieron cerrar temporalmente varias rutas aéreas en Lahore y Sialkot, afectando así el tráfico aéreo comercial y provocando la reprogramación de varios vuelos. Esta decisión subraya la seriedad con la que se están abordando los problemas de seguridad en la región.

La caída del dron generó una nube de humo que y provocó el estallido de explosiones, lo que llevó a los habitantes de las áreas cercanas a reaccionar con temor y salir de sus hogares. Equipos de rescate y fuerzas policiales se movilizaron rápidamente hacia la escena para evaluar la situación y garantizar la seguridad de la población, según lo reportado por medios locales.