Primavera polarizada: España sufre severas borrascas, mientras el Reino Unido enfrenta su sequía más grave en 171 años.
En el actual periodo primaveral, que abarca desde el 1 de marzo hasta el 15 de mayo, España ha registrado una notable precipitación de 257 litros por metro cuadrado (l/m2), contrastando fuertemente con los 80,6 l/m2 que ha acumulado el Reino Unido en el mismo periodo.
Fechado el 24 de mayo en Madrid, el clima se ha manifestado de maneras divergentes en diversas partes de Europa. Hasta ahora, la primavera meteorológica, que concluye el 1 de junio, ha estado marcada en España por la presencia de seis potentes borrascas, con un asombroso número de cuatro de ellas ocurriendo en solo dos semanas de marzo. En contraste, muchas naciones del norte de Europa enfrentan un déficit considerable de lluvias.
Con la primavera avanzando, el Reino Unido se encuentra ante una de las temporadas más secas en más de un siglo y medio, siendo la más árida desde 1852, según ha informado su servicio meteorológico. Esto se atribuye a la presencia de un anticiclón que ha forzado las borrascas a desplazarse hacia el sur.
De acuerdo con el boletín del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) del pasado abril, áreas de Europa central, Gran Bretaña, el sur de Fenoscandia y partes de Europa del Este han experimentado condiciones secas por encima de lo normal. En contraposición, el sur de Europa, junto con ciertas regiones del norte de Noruega, el sur de Finlandia y partes del oeste de Rusia, ha disfrutado de un clima más húmedo de lo habitual.
Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en España, ha explicado que un anticiclón persistente en el norte del continente está dirigiendo las borrascas hacia el sur, resultando en un aumento de las lluvias en España y una sequía preocupante en el norte europeo.
Durante la presentación del Informe sobre el Estado del Clima de España 2024, del Campo destacó que mientras España empieza a dejar atrás una sequía prolongada, en los países del norte están comenzando a alarmarse por un periodo de escasas lluvias que se extiende más de tres meses.
Mar Gómez, meteoróloga y doctora en Física de Eltiempo.es, apuntó que el anticiclón de las Azores, que tradicionalmente protege a España de las lluvias atlánticas, se ha desplazado al norte, debilitándose a su vez. Esto está permitiendo que más borrascas desde el Atlántico ingresen al país. Por su parte, en el norte de Europa, la influencia de las altas presiones ha impedido la llegada de tanta lluvia.
El clima ha generado situaciones paradójicas, como que ciudades como Londres registren más precipitación que Madrid, una observación que hizo Francisco Martín, experto de Meteored, en declaraciones a Europa Press.
Así, mientras España disfruta de una de las primaveras más lluviosas desde que hay registros de AEMET, el Reino Unido enfrenta la estación más seca en más de 170 años. Desde el inicio de marzo hasta mediados de mayo, la diferencia es notable: mientras Madrid ha acumulado 257 l/m2, Londres solo ha registrado 80,6 l/m2.
Aunque Martín reconoce que esta situación climática es "rara y anormal", advierte que en el futuro podría cambiar: se espera que el anticiclón de bloqueo se desplace hacia Islandia en los próximos días, lo que abriría la puerta a las ansiadas lluvias en el Reino Unido y en países como Países Bajos, Alemania y Suiza.
Este cambio, por otro lado, permitiría que el anticiclón de las Azores se asiente de forma más firme sobre gran parte de la Península Ibérica y las islas Baleares y Canarias, un hecho que Martín celebra.
En un contexto más amplio, el informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) señala que el norte de África ha tenido su tercera cosecha de cereales por debajo de los promedios, afectada por la falta de lluvias y temperaturas extremas. Marruecos, en particular, ha visto descender su producción agrícola un 42% con respecto a la media de cinco años consecutivos de sequía.
Martín apunta que ha habido algunas borrascas que han tocado el norte de Marruecos y Argelia, aunque estas no han sido tan efectivas como las que han afectado al sur de Europa.
Mar Gómez explica que la estabilidad en esta zona está promoviendo la aparición de anticiclones con frecuencia, lo que a su vez obstaculiza la formación de nubes y precipitación.
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