
BRUSELAS, 24 de enero.
Esta semana, los principales fabricantes automotrices de China, BYD, Geely y SAIC, han llevado su lucha a un nuevo terreno al presentar una demanda ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en respuesta a los aranceles impuestos por la UE sobre los vehículos eléctricos importados desde su país. Este paso representa una escalada significativa en la tensión comercial entre la Unión Europea y China.
La reacción de Bruselas ha sido rápida, indicada por su compromiso de articular una defensa robusta. Las autoridades europeas sostienen que los aranceles son justificables, fundamentados en hallazgos que sugieren que el gobierno chino ha otorgado subsidios de manera ilegal para favorecer a estos fabricantes chinos en detrimento de sus competidores europeos.
Desde la Comisión Europea, que gestiona la política comercial del bloque, aseguran que la imposición de estas tarifas no es arbitraria, sino que es el resultado de una investigación exhaustiva y basada en hechos concretos. Esta investigación se llevó a caboo cumpliendo con todas las normativas dictadas por la UE y la Organización Mundial del Comercio (OMC).
A lo largo de este proceso legal, un portavoz de la Comisión, Olof Gill, reafirmó que están listos para enfrentar este desafío judicial. La Comisión tiene un plazo de dos meses y diez días para preparar su defensa ante el tribunal luxemburgués, mientras que las empresas chinas buscan impugnar los aranceles que consideran injustos.
A pesar de que la confrontación legal marca un nuevo capítulo en la relación comercial entre la UE y China, las autoridades en Bruselas insisten en que el diálogo sigue vigente. Están dispuestos a explorar soluciones que lleven a la eliminación de los aranceles, siempre que se eliminen también las ventajas económicas otorgadas por Pekín a sus propios fabricantes.
En este marco de búsqueda de entendimiento, el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, tuvo un encuentro la semana pasada con el embajador chino ante la Unión Europea, lo que podría marcar el inicio de una serie de negociaciones más profundas. Además, continúan los contactos técnicos con el fin de alcanzar un posible acuerdo que beneficie a ambas partes.
“Si ellos deciden llevar esto a los tribunales, estamos listos”, subrayó el portavoz comunitario en alusión a la demanda interpuesta por los tres gigantes automotrices chinos ante el alto tribunal europeo.
Después de meses de aranceles provisionales, la Unión Europea decidió establecer permanentemente las tarifas a partir del 31 de octubre. Esta decisión se tomó después de que se constató que no había una mayoría suficiente entre los Estados miembros —a pesar de las reservas planteadas por Alemania— para bloquear estas medidas.
Las tarifas ahora son permanentes por un plazo de cinco años, y se añaden a un 10% ya existente sobre las importaciones de vehículos, lo que significa que algunos fabricantes enfrentan aranceles que alcanzan hasta un 45,3% en total.
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