El tenista español Carlos Alcaraz se enfrentó a un duro revés este domingo en la final del Barcelona Open Banc Sabadell-72º Trofeo Conde de Godó, donde fue superado por el danés Holger Rune con un marcador de 7-6(6), 6-2. Este encuentro, parte de la categoría ATP 500 y jugado en canchas de tierra batida, vio a Alcaraz solicitar asistencia del fisioterapeuta al inicio del segundo set, lo que evidenció que no se encontraba en su mejor forma física.

El talentoso murciano, quien aspiraba a alzarse con su tercer trofeo del año tras las victorias en Róterdam y Montecarlo, y a conquistar su tercer título en el torneo barcelonés, no pudo imponer su juego ante un Rune determinado. Ambos tenistas, de solo 21 años, ofrecieron un espectáculo que resonó en la historia del torneo, destacando que es la final más joven desde que un entonces adolescente Rafa Nadal venciera a Tommy Robredo en 2006, a la edad de 19 años.

Los problemas físicos de Alcaraz, que lo llevaron a solicitar un tiempo médico con 2-1 en el segundo set, resultaron ser un obstáculo significativo en su rendimiento. A pesar de sus esfuerzos por recuperarse, terminó cediendo ante la presión de un Rune que se mostró imparable, logrando así su quinto título ATP, el primero desde Múnich 2023.

En el inicio del partido, ambos jugadores mostraron su destreza en la pista central, con Alcaraz tratando de tomar la delantera rápidamente. Sin embargo, cuando parecía que el murciano podría consolidar su ventaja, Rune respondió con un contraataque efectivo que equilibró el marcador, evidenciando lo reñido que resultó el primer set.

A lo largo del set, la tensión se mantenía alta. Alcaraz, tras recuperar algunas oportunidades críticas, logró llevar el juego a un desempate. A pesar de comenzar bien con una ventaja inicial de 3-1, el danés logró imponerse, ganando cinco de los seis puntos siguientes y cerrando el primer set tras 54 minutos de intensa batalla.

La segunda manga no fue más benigna para Alcaraz, quien desaprovechó dos valiosas oportunidades de quiebre ante un Rune que no dudó en aprovechar cualquier resquicio de inestabilidad. Después de solicitar asistencia médica y regresar a la pista, se vio obligado a ceder un break que dejó claro que la balanza se inclinaba a favor del danés.

Con la afirmación del dominio de Rune, el partido llegó a su clímax. Logró consolidar su servicio con un juego en blanco, sellando así su primer título en Barcelona mientras que Alcaraz, centrado en su recuperación, ahora pone su mirada en el próximo desafío de importancia: Roland Garros, el segundo Grand Slam de la temporada, donde buscará reivindicarse sobre la arcilla.