En un contexto de creciente tensión geopolítica, las autoridades rusas han manifestado hoy su profundo descontento por la reciente iniciativa del Reino Unido destinada a establecer bases militares e instalaciones de defensa en Ucrania tras la finalización del conflicto bélico. Esta preocupación surge a raíz del acuerdo firmado el jueves entre el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y el primer ministro británico, Keir Starmer, durante la visita oficial de este último a Kiev, una ciudad que ha sido objeto de intensos bombardeos rusos en días recientes.

El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha calificado esta propuesta británica como "preocupante" en una comparecencia ante los medios de comunicación. Peskov ha subrayado que, aunque este plan no asegura la futura incorporación de Ucrania a la OTAN, la implicación del Reino Unido, miembro clave de esta alianza militar, genera inquietudes adicionales en Moscú. La declaración de Peskov destaca la sensibilidad del tema en un contexto donde la guerra ha redefinido las relaciones de poder en la región.

Este acuerdo, que marca un hito en la asociación entre Ucrania y el Reino Unido, se centra principalmente en fortalecer los lazos en el ámbito de defensa, aunque también aborda importantes cuestiones económicas, comerciales, judiciales y migratorias. La firma de este pacto no solo representa un compromiso a corto plazo, sino que establece una proyección de cooperación a largo plazo, sentando las bases de una alianza estratégica que se extenderá durante los próximos cien años.

En particular, el tratado posiciona al Reino Unido como un socio fundamental en el sector energético de Ucrania, así como un aliado crucial en la lucha contra el robo de grano en los territorios ocupados por Rusia. Este enfoque no solo responde a las necesidades estratégicas de defensa, sino que también busca abordar la problemática de la seguridad alimentaria en el contexto del conflicto.

Por otro lado, el Gobierno británico ha expresado su compromiso de estudiar las posibilidades para implementar este despliegue militar en Ucrania, enfatizando la necesidad de identificar "requisitos militares comunes" de ambas naciones antes de proceder con cualquier acción. Este enfoque refleja la intención de Londres de actuar de manera coordinada y de consolidar su papel como un actor clave en la dinámica de seguridad europea frente a la agresión rusa.