Sánchez defiende una relación constructiva con China, rechazando las críticas de EE.UU. y enfatizando que España no es adversaria de nadie.
En un giro significativo hacia el fortalecimiento de las relaciones internacionales, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha defendido una "agenda positiva" y la necesidad de una "comunicación política fluida" con China, dejando claro que su enfoque en política exterior no busca confrontaciones. Esta declaración sigue a las críticas que ha recibido de Estados Unidos por su reciente visita a Asia.
Sánchez realizó estas afirmaciones durante una conferencia de prensa tras su encuentro con el líder chino, Xi Jinping, como parte de su viaje que incluye paradas en China y Vietnam. Durante la rueda de prensa, destacó la importancia de mantener un diálogo constructivo con Jinping, que sienta las bases para una agenda de cooperación entre ambas naciones, fundamentada en el respeto y la confianza mutua.
El presidente español enfatizó que la política exterior de su país no tiene como objetivo oponerse a nadie, sino más bien fomentar el entendimiento y la colaboración entre naciones, así como defender un orden multilateral y el libre comercio. Resaltó la relevancia de mantener una relación positiva con Estados Unidos, que es considerada un "socio histórico", y que ha traído beneficios mutuos a ambas partes.
Además, Sánchez abogó por un acercamiento más equilibrado entre la Unión Europea y China, señalando que ambas regiones deben trabajar conjuntamente para negociar sus diferencias y potenciar la cooperación en áreas de interés común. Este enfoque podría ser crucial para enfrentar los desafíos globales que requieren la colaboración internacional.
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