En una sesión del Congreso de los Diputados celebrada el 9 de julio, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, reafirmó su firme posición en torno a la necesidad de abolir la prostitución. Esta declaración se produjo en un contexto marcado por la reciente controversia en torno a los supuestos escándalos de corrupción que involucran a figuras destacadas del PSOE, como el exministro José Luis Ábalos y el exsecretario de organización del partido, Santos Cerdán.

Sánchez enfatizó que los contenidos de un informe y ciertos audios relacionados reflejan actitudes y comentarios machistas que contradicen profundamente sus principios y los de su partido. "Hoy quiero reafirmar el compromiso de mi organización con la abolición de la prostitución", afirmó con convicción, destacando la importancia de abordar estas cuestiones desde la tribuna de la soberanía nacional.

Durante su intervención, el presidente admitió que la revelación de estos escándalos fue un "duro golpe" personal. Asimismo, expresó su deseo de disculparse públicamente por su confianza depositada en Ábalos y Cerdán, reconociendo su error. "Es esencial reflexionar sobre las lecciones aprendidas de estos acontecimientos", concluyó Sánchez, aludiendo a la necesidad de un cambio profundo en la cultura política.