
El 14 de octubre en Madrid, SpaceX ha marcado otro hito en su trayectoria al llevar a cabo con éxito la undécima prueba de vuelo de su emblemática nave Starship. Este lanzamiento tuvo lugar en la tarde del lunes 13 de octubre desde la base espacial de Starbase en Texas, justo a las 18:23 hora central, lo que equivale a la 01:23 en España.
Este ensayo representó una etapa crucial, ya que fue el último vuelo de la Starship de segunda generación junto con el cohete Super Heavy de primera generación, así como el último lanzamiento realizado desde la actual configuración de la Plataforma 1, lo que subraya la transición hacia nuevas fases en la ambiciosa misión de SpaceX.
Según declaraciones de la compañía fundada por Elon Musk, se lograron todos los objetivos clave de esta prueba, lo que proporciona información valiosa en la preparación de los futuros modelos de la Starship y el Super Heavy. Un claro indicio del avance significativo que SpaceX está logrando en su programa.
El vuelo se inició con el espectacular encendido simultáneo de los 33 motores Raptor del Super Heavy, que elevó la nave hacia el cielo sobre el Golfo de México. Tras un ascenso exitoso, se llevó a cabo una maniobra de encendido en caliente, al que siguió la activación de los seis motores Raptor de la etapa superior de la Starship, permitiendo que continuara su viaje espacial.
Tras la separación de etapas, el Super Heavy realizó su combustión de retorno y se dirigió hacia un área designada para un amerizaje controlado frente a la costa de Texas, utilizando 12 de los 13 motores para asegurar un regreso seguro.
Adoptando el mismo ángulo de ataque que en el vuelo anterior, el cohete descendió y logró encender exitosamente los 13 motores requeridos, permitiendo una fase de alto empuje en su aterrizaje, que culminó con un amerizaje controlado sobre el agua después de un vuelo estacionario breve.
Una vez en el aire completo, la Starship siguió la trayectoria prevista, alcanzando velocidad y condición adecuadas. Durante este vuelo, se desplegaron con éxito ocho simuladores Starlink, y se llevó a cabo el tercer reencendido de un motor Raptor en el espacio, una capacidad indispensable para futuras misiones de desorbitación.
Al reingresar a la atmósfera terrestre, la nave recopilará datos exhaustivos sobre el rendimiento de su escudo térmico, que se sometió a una intensa evaluación. Esta fase es fundamental para validar la efectividad de su diseño frente al calor generado durante reentradas futuras.
En los momentos finales del vuelo, la Starship efectuó una maniobra de inclinación dinámica, simulando así el recorrido que futuras misiones seguirán al volver a la Base Estelar. Posteriormente, maniobró utilizando sus cuatro flaps para dirigirse hacia la zona de amerizaje prevista en el Océano Índico, completando un giro y una quema de aterrizaje, finalizando con un amerizaje suave.
Con el éxito de esta prueba, la mirada de SpaceX se dirige hacia la próxima generación de Starship y Super Heavy, con varios vehículos ya en producción y listos para las próximas pruebas. Esta nueva etapa se enfocará en los primeros vuelos orbitales de la Starship, así como en misiones operativas que incluyen carga útil y transferencia de propelente, en la ambiciosa búsqueda de crear un vehículo completamente reutilizable y adaptable para realizar operaciones en la órbita terrestre, la Luna, Marte y más allá.
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