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Themis critica al juez del caso Errejón por su falta de formación y empatía en violencia sexual.

Themis critica al juez del caso Errejón por su falta de formación y empatía en violencia sexual.

MADRID, 21 de enero.

La Asociación de Mujeres Juristas Themis ha alzado su voz enérgicamente contra la falta de formación y sensibilidad del juez Adolfo Carretero en relación con casos de violencia sexual. Este pronunciamiento surge tras el interrogatorio de la actriz Elisa Mouliáa, quien compareció el 16 de enero para declarar sobre una supuesta agresión sexual perpetrada por el exdiputado de Sumar, Íñigo Errejón.

Desde Themis, se ha denunciado que la actuación del juez evidencia una carencia estructural que no solo refleja una falta de capacitación adecuada, sino que también subraya la urgente necesidad de reformar las prácticas dentro del ámbito judicial. La Asociación sostiene que comportamientos de este tipo no pueden ser aceptados en ningún sistema democrático porque vulneran principios esenciales de justicia y derechos humanos.

Rosa Gil, presidenta de Themis, ha expresado en entrevista con Europa Press que el interrogatorio realizado por el juez carece de una perspectiva de género, lo que a su juicio perturba el ejercicio de su función. Además, ha señalado que es evidente la falta de formación del juez, quien parece no tener fe en la importancia de esta perspectiva.

Gil ha manifestado su descontento con el "tono" usado por el juez tanto hacia Mouliáa como hacia Errejón, calificándolo de inapropiado. En sus afirmaciones, describe el interrogatorio como, en ocasiones, “grosero y casi agresivo” hacia la actriz. Reconoció que aunque el juez debe indagar en aspectos relacionados con la denuncia, también podría adoptar un enfoque menos hostil, manteniendo el respeto en todo momento.

En sus críticas, Gil enfatizó la “insistencia” del juez en su interrogatorio, lo que considera una actitud decididamente inadecuada. Se cuestiona si realmente se espera que las mujeres en situaciones de violencia deban demostrar heroísmo en cuanto al consentimiento, planteando la inquietante idea de que no solo deben manifestar un “no” contundente, sino que incluso se les exige poner en riesgo su propia seguridad.

En este contexto, ha hecho referencia a la ley del solo sí es sí, subrayando que esta legislación tenía un propósito claro y sigue siendo extremadamente pertinente. “Si no hay consentimiento, estamos ante un acto de agresión sexual”, enfatizó sin titubear.

Gil calificó de “groseras” algunas de las preguntas formuladas por el juez a Mouliáa, sugiriendo que estos interrogatorios podrían ser abordados de formas más respetuosas. Destacó la importancia de comprender el estado de vulnerabilidad de las víctimas, que enfrentan un entorno ya de por sí agresivo ante el juez.

También ha hecho hincapié en la imperiosa necesidad de que jueces y magistrados reciban capacitación en temas de género para erradicar actitudes perjudiciales en sus tratos. Aclaró que, aunque muchos ya poseen esta formación, existe un grupo que se resiste a adoptarla por falta de convicción en su valía, lo que resulta en un trato desigual entre la víctima y el presumible agresor, este último recibiendo un manejo más amable y casi empático.

Por otro lado, Gil ha resaltado que las víctimas deben tener el espacio necesario para expresarse libremente durante el proceso, apuntando que en el caso de Mouliáa, se la interrumpió de manera constante por el juez.

Finalmente, ha manifestado que la exposición de estas situaciones es necesaria para visibilizar el sufrimiento de las víctimas, aunque lamentablemente puede resultar en que muchas de ellas decidan no denunciar. “No me sorprende que esto ocurra”, concluyó Gil, reforzando su preocupación por el estado de las víctimas en el sistema judicial.