En un colegio de Belgrado, la capital de Serbia, un estudiante armado llevó a cabo un tiroteo que dejó al menos nueve personas muertas, la mayoría menores, según han confirmado las autoridades. Las autoridades han detenido al sospechoso, un adolescente de 14 años, y a su padre, quien era el propietario del arma utilizada en el tiroteo.

El propio sospechoso llamó a las autoridades poco después de las 8.40 de la mañana para avisar del ataque en la Escuela Primaria Vladislav Ribnikar del barrio de Vracar. Según el jefe de la Policía, Veselin Milic, el atacante había estado planeando el tiroteo durante un mes y había elaborado una lista con sus objetivos previstos.

Al llegar al centro escolar, el sospechoso disparó primero contra un guardia de seguridad, quien murió, y luego apuntó a varios compañeros, de los cuales al menos ocho han fallecido y varios otros resultaron heridos, algunos de ellos en estado crítico. El diario local Blic informa de que las fuerzas de seguridad también encontraron una mochila con un arma y botellas con líquido inflamable en su interior. Ambas armas utilizadas pertenecían al padre del sospechoso, quien tenía las licencias legales pertinentes.

Según algunos de los compañeros de clase, el sospechoso tenía buenas notas en todas las materias y acudió a una fiesta de cumpleaños el día anterior al tiroteo, donde se comportó con normalidad. "Solíamos llamarlo empollón", dice uno de sus compañeros de clase. El Gobierno ha anunciado que el sospechoso iba a menudo al campo de tiro con su padre, pero hasta el momento no había levantado sospechas en su entorno.

El Ministerio de Educación ha decidido suspender las clases en todas las escuelas de la capital y se ha decretado un período de tres días de luto nacional en señal de solidaridad por las víctimas. Las autoridades han convocado un minuto de silencio para la mañana del jueves.