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Universidades y empresas piden definir "límites precisos" para las funciones de los estudiantes en prácticas.

Universidades y empresas piden definir

El pasado 29 de enero, en Madrid, se presentó el innovador Libro Blanco de las Prácticas académicas, un esfuerzo sin precedentes de la Red de Fundaciones Universidad-Empresa (REDFUE) que busca corregir y optimizar el marco normativo actual. Este documento ofrece un análisis exhaustivo de la legislación vigente, pone de relieve las carencias en la regulación de las prácticas y propone mejoras significativas que garantizan un mejor aprendizaje para los estudiantes.

Este libro, fruto de la colaboración entre la REDFUE y la Fundación Universidad-Empresa (FUE), se plantea como una valiosa herramienta para la Administración Pública, universidades, centros educativos, empresas y estudiantes en un periodo clave de reflexión sobre la situación de las prácticas académicas externas. La propuesta adquiere una relevancia especial en el contexto del debate que ha surgido en torno al conocido 'Estatuto del Becario', una iniciativa promovida por el Ministerio de Trabajo y Economía Social que pretende dignificar la experiencia de los estudiantes en el ámbito laboral.

Con el respaldo de importantes entidades como CRUE, CCS, CEUNE, CECE, CEOE y la Cámara de Comercio de España, el Libro Blanco no solo examina las normativas existentes, sino que también destaca el impacto positivo que las prácticas tienen en la empleabilidad de los jóvenes. Este análisis busca, a través de un enfoque colaborativo, desmitificar confusiones y aclarar conceptos en un terreno que suele resultar difuso para los involucrados, dada la diversidad de modalidades de prácticas y la falta de conocimiento sobre la normativa aplicable.

Entre las propuestas de mejora más significativas que se presentan se encuentra la necesidad de integrar las prácticas como un componente esencial del currículo educativo, así como promover la co-creación de programas con entidades que acogen a los estudiantes. Asimismo, se sugiere la implementación de una evaluación estructurada que se base en el desarrollo de competencias, todo ello con el fin de enriquecer la experiencia formativa de los internos.

El documento también resalta la necesidad de garantizar la formación y certificación de los tutores académicos y empresariales, así como de establecer un seguimiento continuo del estudiante. La creación de ecosistemas digitales que conecten a las instituciones educativas con las empresas es también parte de la propuesta, facilitando así la interacción y el proceso de aprendizaje en entornos laborales reales.

El Libro Blanco surge como respuesta a lo que se ha definido como una "confusión generalizada" respecto a los distintos tipos de prácticas en España. En este contexto, los términos como "prácticas académicas", "formativas" y "no laborales" suelen utilizarse de manera intercambiable, lo que dificulta su correcta interpretación y aplicación. Esta ambigüedad puede impactar negativamente tanto a los estudiantes como a las entidades que acogen a estos jóvenes talentos, incapacitándolas para beneficiarse plenamente de lo que las prácticas tienen para ofrecer.

El análisis del Libro Blanco recorre la evolución de la legislación en torno a las prácticas académicas en España desde 1981, destacando 12 reales decretos y 5 leyes que han tratado de regular estas experiencias formativas. En este sentido, el documento también incluye un análisis comparativo con pautas internacionales, tomando como referencia el informe 'Traineeships Under Youth Guarantee' publicado por la Comisión Europea en 2018.

Se clarificarán conceptos clave y se delimitarán las características que definen las prácticas académicas externas, junto con sus diferentes modalidades. De igual forma, el documento proporciona un glosario de términos y tablas comparativas que ayudarán a crear un entendimiento más claro en este campo tan crucial para el futuro laboral de los jóvenes.

Además, se establecerán criterios concretos que permitirán identificar prácticas mal gestionadas, abordando las incongruencias con la legislación vigente. Se definirán los requisitos necesarios para que estas experiencias sean realmente productivas y enriquecedoras para todos los participantes.

Uno de los aspectos más destacados del Libro Blanco es su énfasis en el "papel esencial" que desempeñan las prácticas académicas y las estancias formativas en la mejora de la empleabilidad juvenil. Según datos recientes del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes, junto con estudios de la Fundación Universidad-Empresa, se ha evidenciado que los estudiantes que realizan prácticas incrementan significativamente sus posibilidades de conseguir empleo en plazos cortos y reducen el riesgo de desempleo a largo plazo, siendo especialmente notable este fenómeno en la Formación Profesional a través de modalidades de práctica dual.

El documento también subraya que las prácticas no solo son beneficiosas para los estudiantes, sino que también aportan valor a las empresas y a la sociedad en su conjunto. Para las organizaciones que participan, estas experiencias representan una vía efectiva de acceso a talento joven, al tiempo que fomentan su marca empleadora y estimulan la innovación dentro de sus estructuras.

Por último, se destaca que las instituciones educativas, al implicarse en estos programas de prácticas, fortalecen su conexión con el mundo laboral, mejorando así la calidad de sus programas curriculares y asegurando que estos se alineen con las necesidades reales del mercado de trabajo actual.