Uno de cada cinco niños en Ecuador enfrenta el riesgo de desnutrición crónica que perjudica su desarrollo.

World Vision se une a la lucha contra la desnutrición infantil: "Es hermoso ver a los niños disfrutar de su infancia"
MADRID, 24 de agosto.- La desnutrición crónica en los niños ha sido un obstáculo persistente en la crisis humanitaria de Ecuador, influenciada por diversas factores como la pobreza y la falta de información en áreas remotas. Organizaciones no gubernamentales, como World Vision, están trabajando activamente para cambiar esta realidad desde la base.
Según la Encuesta Nacional sobre Desnutrición Infantil (ENDI), el 17,5% de los niños menores de cinco años en Ecuador enfrenta este desafío, cifra que se incrementa al 19,3% al considerar únicamente a los menores de dos años. Este no es un fenómeno nuevo, y como señala Esteban Lasso, director de World Vision en el país, se trata de un reto que Ecuador ha vivido durante décadas. En una charla con Europa Press, Lasso también destacó las variaciones regionales que se observan en estos datos.
En regiones como los Andes y la Amazonía, donde World Vision ejecuta sus programas tanto de manera autónoma como en colaboración con autoridades locales, hasta un 40% de los niños puede estar sufriendo de desnutrición. Además, grupos específicos, como las comunidades indígenas y las madres adolescentes, representan una preocupación especial, según las declaraciones de Lasso.
Las repercusiones de una dieta inadecuada son severas, impactando negativamente en el desarrollo físico y cognitivo de los más pequeños. Un alarmante 36,9% de los niños de entre seis y 23 meses padece anemia. Lasso subrayó que, en ciertos casos, los signos del hambre son evidentes en niños que presentan un crecimiento deficiente o que muestran poca energía para jugar y explorar.
Los programas de World Vision se centran en la educación y apoyo a las familias durante los primeros mil días de vida de sus hijos, enfatizando la importancia de la higiene, el lavado de manos y la promoción de la lactancia materna. En Ecuador, uno de cada dos niños menores de seis meses no tiene acceso a una lactancia materna exclusiva. Además, se enseña a las comunidades a utilizar alimentos fácilmente accesibles, como quinoa y lentejas, en sus dietas, promoviendo su preparación en cocinas comunales.
Lasso también mencionó la “distorsión” en las prácticas alimentarias en ciertas comunidades indígenas que cultivan quinoa, pero que eligen venderla en lugar de consumirla, optando por carbohidratos menos nutritivos. Sin embargo, el director de World Vision enfatiza que estas iniciativas están teniendo un impacto positivo: en áreas donde trabajan, nueve de cada diez bebés nacen sin problemas de desnutrición, y al menos la mitad de los niños ya afectados han logrado superar esta condición.
Un ejemplo inspirador es el de una madre que vive a una hora del centro de salud más próximo. Gracias a las visitas de seguimiento personalizadas, ha implementado prácticas de higiene en su hogar y ha aprendido a cocinar con lo que ofrece su comunidad. Su hija de dos años, en palabras de Lasso, ha empezado a moverse con normalidad y camina “muy bien”. “Es hermoso ver cómo los niños pueden alcanzar su potencial y, finalmente, disfrutar de ser niños”, celebra con entusiasmo Lasso.
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