Vaticano en transición: lo que sigue tras el fallecimiento del Papa Francisco y el proceso de sus honras fúnebres.
MADRID, 21 de abril.
La reciente muerte del Papa Francisco ha dado inicio a un conjunto de procedimientos precisos establecidos por el Vaticano, según lo indica el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis. Este texto litúrgico, actualizado y aprobado por el propio Papa el 29 de abril de 2024, fue hecho público en noviembre de ese mismo año.
Una de las características más destacadas de esta versión es el deseo de Francisco de simplificar el ceremonial tradicional de los funerales papales. Así, diversas prácticas, como el uso de tres ataúdes, el catafalco y el báculo papal, han sido eliminadas para enfatizar la imagen pastoral del pontífice.
Ante la muerte del líder de la Iglesia Católica, el Vaticano sigue un protocolo que consta de tres etapas o "estaciones", tal como lo ha estipulado el ritual reformado por Francisco.
Primera estación: constatación del fallecimiento
En esta primera fase, la certificación de la muerte del Papa se realiza en su capilla privada en lugar de la habitación donde se produjo el deceso. De inmediato, el cuerpo es colocado en un ataúd único de madera y zinc, eliminando la etapa previa de traslado al Palacio Apostólico, dado que Francisco residía en la Casa Santa Marta.
Segunda estación: exposición del cuerpo
El ataúd con el cuerpo del Papa es llevado a la basílica vaticana, donde se presenta abierto para la veneración de los fieles. A diferencia de ceremonias anteriores, esta no se efectúa sobre un catafalco ni se asocia al báculo papal. El féretro se cerrará definitivamente en la víspera de la misa exequial.
Tercera estación: entierro del Papa
Durante esta última etapa, se lleva a cabo el traslado del féretro al lugar de su enterramiento. Con esta nueva normativa, se descarta la práctica de sepultar a los pontífices en tres ataúdes diferentes —ciprés, plomo y roble—, adoptando así un enfoque más simplificado con un solo ataúd.
Además, en los ritos funerarios se emplearán títulos más directos, alineados con los utilizados en funerales de obispos, y se eliminará la frase "Romano Pontífice" para resaltar el papel pastoral del Papa.
Los cambios tienen como fin, según comenta el arzobispo Diego Ravelli, maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, mostrar que el funeral del Papa es el de un pastor y discípulo de Cristo, y no el de una figura de poder terrenal.
Si bien el camarlengo mantiene su función durante el periodo de sede vacante, Francisco decidió suprimir la "Cámara Apostólica", un grupo de eclesiásticos que tradicionalmente apoyaba al camarlengo en la gestión de la Iglesia durante este tiempo.
Una de las decisiones más notables de Francisco es permitir que los Papas puedan ser enterrados fuera de la basílica vaticana. Esta idea surge del deseo personal del Papa, que fue expresado abiertamente en diciembre de 2023.
En una entrevista con N+ de México, Francisco afirmó su deseo de ser sepultado en la basílica de Santa María la Mayor. "Tengo ya el lugar preparado, como siempre le prometí a la Virgen. Quiero ser enterrado en Santa María Mayor", indicó, enfatizando su profunda devoción por este importante espacio, una de las cuatro basílicas papales mayores en Roma.
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