En una reciente sesión en el Senado, el Grupo Parlamentario Vox ha criticado con dureza las políticas de inmigración del Gobierno, tachándolas de "insensatas" y "suicidas". Estas declaraciones fueron respondidas por la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, quien reafirmó la posición del Gobierno al afirmar que la migración "es un derecho fundamental".

Durante su intervención, Saiz destacó que la migración no debe ser considerada como un acto ilegal, ya que está respaldada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Sus palabras surgieron en el contexto de una pregunta formulada por el senador de Vox, Ángel Pelayo Gordillo, acerca del costo de la inmigración irregular para las arcas públicas españolas.

La ministra cuestionó la formación y la comprensión del senador en relación con los derechos humanos, sugiriendo que tal vez no haya explorado adecuadamente el tema. Además, enfatizó que la situación administrativa de una persona no debería deshumanizarla, subrayando que el término "ilegal" no se aplica a seres humanos.

Saiz no escatimó en críticas hacia la postura de Vox, afirmando que para el partido de derecha parece no importar la situación de las personas, independientemente de su estatus migratorio. Hizo referencia a incidentes específicos, como el fomento a la violencia contra migrantes en Torre Pacheco, donde se aviva la hostilidad hacia aquellos que buscan una vida mejor.

Asimismo, la ministra reveló que las acciones y políticas xenófobas promovidas por Vox tienen un costo significativo para la economía española, estimando que ascienden a unos 17.000 millones de euros anuales, lo que representa un empobrecimiento del 1.3% del PIB, según estudios académicos que analizan el impacto del racismo y la xenofobia en sectores clave como el laboral y educativo.

Saiz también condenó los llamados de Vox a hundir barcos de rescate marítimo y a deportar a millones de ciudadanos, afirmando que tales posturas contribuyen al deterioro del tejido social del país.

La ministra concluyó su intervención señalando que el verdadero obstáculo para el progreso de España son las ideologías extremistas, como las que promueve Vox, y reiteró su compromiso de continuar trabajando para mantener a España como un país solidario y abierto.

Por su parte, el senador de Vox reconoció que los migrantes llegan a España en situaciones de vulnerabilidad, pero insistió en la necesidad de establecer un "orden". Sin embargo, criticó la gestión del Gobierno, acusándolo de fomentar un entorno caótico que, a su juicio, socava la confianza en las instituciones y la justicia en el país.