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WWF y Greenpeace expresan preocupación por la falta de consenso en Busan y mantienen la esperanza de un tratado sobre plásticos.

WWF y Greenpeace expresan preocupación por la falta de consenso en Busan y mantienen la esperanza de un tratado sobre plásticos.

En Madrid, el 2 de diciembre, la situación sobre la lucha contra la contaminación plástica ha generado un ambiente de desencanto entre las organizaciones ecologistas. El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y Greenpeace han expresado su frustración debido a la falta de consenso en las negociaciones internacionales que se llevan a cabo en Busan, Corea del Sur. Sin embargo, a pesar de este revés, ambas entidades se muestran optimistas ante el apoyo que han recibido sus propuestas de parte de varios países, lo que podría abrir la puerta a un futuro acuerdo.

José Luis García Varas, responsable del programa de océanos de WWF España, ha compartido su desilusión en una entrevista con Europa Press, subrayando que es "un poco frustrante" que una "pequeña minoría de países" esté obstaculizando y prolongando las discusiones en un momento crítico. Esta situación ha sido evidente durante la última semana de negociaciones, donde el tiempo y la voluntad política son recursos cruciales.

A pesar de este panorama, García Varas ha enfatizado que una "gran mayoría de países" se pronuncia a favor de establecer un pacto sólido y eficaz para enfrentar la contaminación plástica a nivel global, con medidas que sean "ambiciosas y obligatorias". Este consenso creciente entre las naciones participantes proporciona un rayo de esperanza en un proceso que, aunque dibujado por frustraciones, aún tiene potencial para avanzar hacia un acuerdo significativo.

En lo que respecta a conferencias internacionales previas sobre biodiversidad, el responsable de WWF ha calificado su desarrollo como "bastante decepcionante". No obstante, al mirar hacia adelante, confía en que un tratado pueda concretarse en primavera de 2025, representando un paso necesario en la lucha contra la crisis ambiental que enfrenta el planeta.

Por su parte, Julio Barea, quien lidera la sección de residuos y plásticos de Greenpeace, ha denunciado la estrategia de ciertos países como Rusia y otros de la región del Golfo, que han intentado "boicotear" el tratado en cada oportunidad. También ha señalado la alarmante influencia de los lobistas de la industria fósil, que han tenido una presencia notable en las últimas cinco reuniones dedicadas a este tema, sumando aproximadamente "220 de manera oficial".

“La presencia de estos lobbies ha tenido un efecto perjudicial en el proceso de negociación, impidiendo la creación de un pacto que sea vinculante, ambicioso o que cumpla con las necesidades del momento”, lamenta Barea, enfatizando la urgencia de un cambio en el enfoque de estas negociaciones.

A pesar de las dificultades, Barea ha expresado su satisfacción por la "nueva oportunidad" que se presenta para alcanzar un tratado más contundente. Resaltando el respaldo que han encontrado en más de 100 Estados miembros, incluyendo a España y varios países de la Unión Europea, así como a Suiza y Panamá. "Hay motivos para ser optimistas, ya que muchos países están presionando y ansiosos por lograr un tratado que respete nuestra salud y el medio ambiente", concluye el activista, reforzando la necesidad de unidad en la lucha contra la crisis de contaminación plástica.