
En un nuevo giro del caso conocido como 'Koldo', el presunto intermediario Víctor de Aldama compareció este jueves ante el juez de la Audiencia Nacional. Durante su declaración, de la que se ha hecho eco Europa Press, De Aldama afirmó que estaba en comunicación con unidades antiterroristas y que mantenía vínculos con agencias de inteligencia como el FBI y la CIA.
El empresario no dudó en exponer su experiencia con la unidad antiterrorismo, mencionando que adquirió un dron y que ha colaborado activamente con el Grupo de Acción Rápida de la Guardia Civil. "He estado en Logroño con el GAR, participando en misiones especiales e incluso disparando junto a ellos", relató. Además, presumió de haber recibido una medalla reconocida oficialmente por el BOE en virtud de sus aportes en tareas de seguridad y antiterrorismo.
En su declaración, De Aldama también mencionó a Rubén Villalba, el guardia civil destinado en Venezuela que es parte de la investigación relacionada con la corrupción en la compraventa de mascarillas en tiempos de pandemia. De acuerdo con su testimonio, Villalba recibía un salario mensual de 2.000 euros por proporcionarle "dispositivos telefónicos encriptados" que le aseguraban comunicaciones seguras con él y con la unidad antiterrorismo durante sus viajes a México y Venezuela.
El acusado subrayó la importancia de esta colaboración, aludiendo a la necesidad de trabajar en conjunto con la UC2 para brindar información crítica. "Considero que hay aspectos de seguridad nacional involucrados, así que no entraré en más detalles", aseguró ante el juez.
Al ser interrogado por el fiscal sobre si era él quien financiaba los teléfonos proporcionados por Villalba, De Aldama confirmo que sí, argumentando que tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil carecían de los recursos necesarios y que recurrían a personas como él para acceder a estos medios.
El momento más impactante de la sesión ocurrió cuando el fiscal indagó sobre si De Aldama había recompensado a Villalba para que lo alertara acerca de la causa que lo involucra. La respuesta de De Aldama dejó entrever su frustración: "No, y ojalá lo hubiera hecho, porque si hubiese tenido esa información, no habría vivido la experiencia traumática que sufrí cuando 38 agentes de la Guardia Civil irrumpieron en mi casa, tratándome como a un terrorista, apuntando con armas a mi familia", reflexionó, dejando claro que su situación había sido extrema.
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