
En un acto que marca un cambio significativo en la política exterior australiana, el primer ministro Anthony Albanese ha declarado que su gobierno reconocerá al Estado de Palestina durante la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas, programada para septiembre. Esta decisión se enmarca en un esfuerzo coordinado a nivel global para fomentar la solución de dos Estados en el largo conflicto entre Palestina e Israel.
Albanese, en una rueda de prensa reciente, ha subrayado el compromiso de la Autoridad Palestina y su presidente, Mahmud Abbas, de garantizar que el movimiento Hamás no tendrá un papel en la futura estructura del Estado palestino. Esta promesa ha cobrado especial relevancia después de que la Liga Árabe instara a Hamás a poner fin a su mandato en Gaza, según reportes de ABC, la radiodifusora estatal australiana.
En ese contexto, Abbas ha asumido compromisos adicionales, incluyendo la desmilitarización del futuro Estado palestino, la organización de elecciones generales, y la revisión del sistema de remuneración a las familias de prisioneros y combatientes fallecidos. Albanese ha defendido su decisión, afirmando que busca romper el ciclo de violencia en Oriente Medio y poner fin al sufrimiento en Gaza.
El primer ministro australiano ha manifestado su firme creencia de que tanto israelíes como palestinos merecen vivir en paz y seguridad. También ha criticado abiertamente al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu por sus políticas en Gaza y Cisjordania, señalando que la crisis en la región ha superado los peores temores globales. Esto lo expresó durante una conversación con Netanyahu, aunque no ha proporcionado detalles sobre cuándo ocurrió.
Albanese ha caracterizado su intercambio con el líder israelí como 'civilizado', enfatizando que es urgente una solución política más que una respuesta militar. En sus observaciones, destacó que los argumentos de Netanyahu no han cambiado desde hace más de un año, lo que sugiere una falta de avance significativo.
El primer ministro australiano está convencido de que el reconocimiento del Estado de Palestina no implica una recompensa para Hamás, ya que este movimiento se opone a la solución de dos Estados y, de hecho, actúa en contra de los intereses del pueblo palestino. “Las acciones de Hamás, incluyendo las respuestas violentas al conflicto actual, no solo son reconocidas por Israel, sino también por la comunidad internacional”, afirmó.
Además, Albanese ha denunciado el aumento de los asentamientos ilegales por parte del gobierno de Netanyahu y el incremento de la violencia de los colonos en Cisjordania. Ha advertido que estas políticas, junto a la crisis humanitaria en Gaza, podrían hacer que la solución de dos Estados sea inalcanzable para las futuras generaciones.
La ministra de Exteriores, Penny Wong, también se unió a la conversación, expresando su preocupación por el impacto devastador que el conflicto ha tenido sobre los civiles en Gaza. Criticó firmemente que los australianos y otros ciudadanos del mundo se enfrentan a imágenes traumáticas, subrayando que nunca se puede hacer padecer a civiles el coste de derrotar a un grupo como Hamás.
El reconocimiento de un Estado palestino se considera parte de un proceso más amplio que incluye ayudar a construir la capacidad de la Autoridad Palestina, con la expectativa de que cumpla con sus compromisos. “La implementación de nuestro reconocimiento estará condicionada a los progresos en estas áreas”, remarcó Wong durante la rueda de prensa.
En el marco diplomático, Wong mencionó que tuvo una conversación con su homólogo estadounidense, Marco Rubio, sobre la decisión de reconocer a Palestina, describiéndola como un acto de cortesía. Al ser cuestionada sobre si recibió garantías de que esta decisión no afectará la relación bilateral, afirmó que Australia actúa de acuerdo con su soberanía en la materia.
Por su parte, el embajador israelí en Australia, Amir Maimon, ha criticado duramente la decisión de Albanese, argumentando que "recompensa" a Hamás en medio de sus continuas acciones violentas. En un comunicado, el embajador expresó su preocupación de que al reconocer un Estado palestino mientras Hamás sigue atacando y rechazando la paz, Australia socava la seguridad israelí y dificulta la negociación de la liberación de rehenes.
Maimon fue contundente al afirmar que la decisión de reconocer a Palestina sin condiciones previas, como la liberación de rehenes y el establecimiento de un gobierno que rinda cuentas, eleva la posición de Hamás, a quien se considera un grupo terrorista. En esta tensa atmósfera, se reflejan los desafíos continuos en el camino hacia la paz en la región.
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