 
                                        El expresidente del Gobierno, José María Aznar, sostiene firmemente que, desde el inicio, la prioridad fue garantizar que las generales del 14 de marzo se llevaran a cabo sin contratiempos.
En una reciente entrevista para la serie documental 'La última llamada', que se estrena este jueves en Movistar Plus+, Aznar se niega a reconocer errores en la invasión de Irak, argumentando que las decisiones se toman en función del conocimiento de cada momento. Insiste en que su gobierno actuó de manera transparente tras los atentados del 11 de marzo de 2004, asegurando que siempre dijeron la verdad.
En este documental, donde también participan Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, cada expresidente aborda momentos clave de la democracia española a través de anécdotas personales y testimonios de cercanos que iluminan las decisiones más difíciles que tuvieron que enfrentar en sus mandatos.
Aznar recuerda cómo, tras un ataque de ETA en 1995, tuvo que escapar “gateando” del lugar de la explosión y reflexiona sobre cómo su gobierno tomó la decisión de que España adoptara el euro. Este fue un proceso complicado que implicó ajustes difíciles, como la congelación de salarios durante dos años para los empleados públicos.
El expresidente defiende la famosa fotografía de las Azores, donde se reunió con George W. Bush y Tony Blair antes de que comenzara la invasión de Irak, justificada en la creencia de que el régimen de Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva.
“En la vida de un líder, hay quienes son meros observadores y quienes están en la mesa de decisiones. Yo elegí estar en esa mesa”, subraya Aznar, reafirmando que su interés fue siempre el de España y que esos momentos decisivos no fueron erróneos.
Cuando se le cuestiona sobre si reconoce alguna equivocación, incluso cuando figuras como Bush y Blair han admitido fallos, Aznar se muestra tajante: “No tengo por qué arrepentirme. Los errores solo se reconocen con el conocimiento posterior de la historia”.
El expresidente también critica el enfoque de juzgar decisiones desde el presente, señalando que este tipo de razonamientos carecen de validez. “Uno actúa según lo que sabe en ese momento”, concluye.
El documental no deja de lado los trágicos atentados del 11 de marzo, donde Aznar cita las declaraciones de su entonces ministro del Interior, Ángel Acebes, quien atribuía la responsabilidad a ETA con seguridad en esos primeros momentos.
Reafirmando su postura, Aznar afirma que el Gobierno fue transparente desde el principio, destacando que “la decisión fue siempre que las elecciones debían celebrarse sin importar las circunstancias”.
Aznar se muestra convencido de que la información se maneja con rapidez y honestidad, subrayando que no se ocultó nada y que el esfuerzo por ayudar a las víctimas fue primordial.
Revelando sus reflexiones tras el atentado que casi le costó la vida, Aznar confiesa haber sentido una extraña mezcla de gratitud y miedo. “Pensé que si intentaron matarme, es porque no querían que llegara a un destino. Era algo que me rondaba la cabeza”, comparte.
En un tono más personal, Aznar reconoce que hay vida más allá del mandato presidencial y resalta la importancia de saber reinventarse tras dejar el cargo. Según su esposa, Ana Botella, el primer paso fue aceptar que tenían que retomar la vida normal, sugiriéndole ir de compras a El Corte Inglés como una forma de comenzar de nuevo.
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