"Bareras laborales: Economistas y juezas relegados a empleos no cualificados en la integración de refugiados"

En la jornada del 5 de diciembre en Madrid, se llevó a cabo un encuentro significativo en el ámbito de la migración, donde se discutieron propuestas innovadoras encaminadas a reformar la política migratoria de la Unión Europea. Este evento formó parte de Diálogos Diecisiete, un nuevo ciclo de debates impulsado por Acción contra el Hambre y el Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano de la Universidad Politécnica de Madrid (itdUPM), cuyo objetivo es alinear las políticas con los principios establecidos en la Agenda 2030.
Moderado por Carlos Mataix, director del itdUPM y científico jefe de la Revista Diecisiete, el debate reunió a expertos que subrayaron la importancia de reconocer y utilizar el potencial de las personas migrantes como un motor esencial de desarrollo para las sociedades que los acogen. Igualmente, se hizo hincapié en la necesidad de revisar las limitaciones actuales del Pacto de Migración y Asilo de la UE, que, según los especialistas, no ha logrado abordar de manera efectiva las complejidades del fenómeno migratorio.
Sunita Nasir, originaria de Afganistán y consultora de Atelier itd y Smart & City, además de activista por los derechos de las mujeres y los refugiados, denunció las numerosas barreras que enfrentan los migrantes para su integración en la sociedad. Nasir enfatizó la relevancia del diálogo entre los refugiados y las autoridades, argumentando que esta comunicación es fundamental para facilitar una integración tangible. "El diálogo no solo ayuda a que las comunidades y los Estados se comprendan mejor, sino que también contribuye a desmitificar percepciones erróneas y a disminuir el miedo y el rechazo hacia los extranjeros", afirmó con convicción.
Desde su rol como presidenta de la Asociación de Mujeres Afganas en España (AMAE), Nasir destacó la diversidad intrínseca de las comunidades refugiadas y rechazó análisis simplistas que ignoran esta realidad. "El 20% de los refugiados afganos que atendemos en AMAE poseen un doctorado, y el 16% tienen un máster. Sin embargo, de los 4,000 refugiados en contacto con nosotros en 35 ciudades, solo el 4% carece de formación académica", añadió. A pesar de sus credenciales, lamentó que estos individuos enfrentan una "pesadilla" para acceder a empleo digno y a vivienda adecuada, lo que pone en duda la narrativa positiva sobre la migración en el país.
Nasir describió una frustrante paradoja: "Después de huir de una situación crítica en su país, muchas refugiadas afganas llegan a España simplemente para encontrar obstáculos igualmente desalentadores en su desarrollo personal y profesional". Explicó que, aunque su objetivo es continuar su formación, el reconocimiento de sus títulos académicos es extremadamente limitado, con el Gobierno solo validando el bachillerato y ofreciendo formación en áreas como la jardinería. "Así, economistas terminan trabajando como camareras, mientras que juezas se ven reducidas a ser cocineras", aclaró.
A pesar de que España ocupa la posición de cuarto país en acoger inmigrantes, Nasir subrayó que la integración efectiva sigue siendo un reto considerable. "No hay oportunidades reales para desarrollar una carrera profesional ni colaboraciones efectivas entre los distintos países europeos que faciliten este proceso”, lamentó.
Rut Bermejo, investigadora sénior del Real Instituto Elcano y profesora de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlos, abordó el tema de las narrativas extremistas que predominan en el debate actual sobre migración y asilo. Bermejo advirtió que estos discursos distorsionan la realidad y complican la búsqueda de consensos, creando un ambiente de polarización que no beneficia a nadie. Señaló con preocupación que el enfoque restrictivo de la migración en la política ha llevado a situaciones similares a las vistas en las recientes elecciones en Estados Unidos y en el Parlamento Europeo.
En su intervención, Bermejo manifestó que este ambiente adverso dificulta el diálogo constructivo, "Cuando la migración se convierte en un tema de confrontación política, negando su contribución a la sociedad, es prácticamente imposible encontrar puntos de acuerdo". Resaltó que las redes sociales exacerban este problema, presentando la migración como una carga social. "Este tipo de discurso se impone, silenciando a aquellos que tienen opiniones distintas y dificultando un debate sincero y necesario", puntualizó.
Finalmente, Miguel Ángel García, especialista en migraciones de Acción contra el Hambre y con una vasta experiencia de 10 años en Centroamérica, abogó por un enfoque de migración circular. Propuso la creación de contratos laborales en origen que beneficien tanto a migrantes como a países de acogida. Esta propuesta permitiría a los desplazados acceder a oportunidades sin enfrentarse a los peligros de la migración irregular, beneficio que también se extendería a los países receptores al contar con la fuerza laboral que necesitan.
García proporcionó un ejemplo concreto: "Este año, 500 guatemaltecos viajarán a Huelva para trabajar durante seis meses en la campaña agrícola de frutos rojos. Al hacerlo bajo un contrato específico, no solo evitan poner en riesgo sus vidas, sino que tienen asegurado un alojamiento y, al volver a casa, llevarán ingresos significativamente superiores a los promedios locales", relató. También mencionó que, alrededor de 20,000 trabajadores, mayoritariamente mujeres marroquíes, utilizan esta modalidad para venir a España y, al mismo tiempo, cerca de 14,000 trabajadores españoles se desplazan a Francia para la vendimia, ilustrando una dinámica migratoria que puede ser mejorada y optimizada.
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