24h España.

24h España.

Bruselas reafirma su posición sobre el veto al gas ruso ante inquietudes de empresas como Naturgy y Repsol.

Bruselas reafirma su posición sobre el veto al gas ruso ante inquietudes de empresas como Naturgy y Repsol.

A partir del 1 de enero de 2026, la Unión Europea tiene la intención de prohibir completamente las importaciones de gas ruso, con un cese total proyectado para 2027. Esta decisión se presentó el martes bajo la defensa de la Comisión Europea, que argumentó que los nuevos contratos con empresas rusas ya no se podrán registrar, lo que dejará a compañías como Naturgy y Repsol en una situación desafiante. Estas empresas, que han comprometido acuerdos a largo plazo hasta 2038, deberán romper sus lazos comerciales en un plazo corto.

Las autoridades comunitarias han explicado que esta prohibición se basa en principios legales que similar a las sanciones, invocando la "fuerza mayor". Esto significa que, como un acto soberano de la Unión, los importadores no podrán eludir las restricciones impuestas, lo que convertirá la importación de gas ruso en una actividad ilegal con implicaciones jurídicas directas para todos los estados miembros de la UE.

El comisario europeo de Energía, Dan Jorgensen, presentó este martes un reglamento que describe un desmantelamiento gradual de las importaciones tanto de gas por gasoducto como de gas natural licuado (GNL) provenientes de Rusia. Jorgensen enfatizó la urgencia de esta medida, afirmando que depender del gas ruso ha dañado a Europa y fortalecido a Rusia. Resaltó que reducir esta dependencia no solo mejorará la seguridad energética de la región, sino que también abrirá oportunidades para invertir en energías limpias y sostenibles.

El plan inicial de la Comisión incluye la prohibición de nuevos contratos a partir de 2026, mientras que los contratos a corto plazo existentes deberán finalizar para el 17 de junio de ese año. Habrá excepciones relacionadas con el gas por gasoducto destinado a países sin litoral, aunque estas también se eliminarán para finales de 2027. Además, se prohibirán los contratos de largo plazo para servicios de terminales de GNL que involucren a Rusia o entidades controladas por rusos.

Sin embargo, Bruselas también ha señalado que existirá la posibilidad de activar medidas de salvaguarda en casos de situaciones de emergencia en el mercado del gas, que pudieran comprometer seriamente la seguridad de abastecimiento de alguno de los estados miembros. Este es un tema de preocupación, especialmente para países como Eslovaquia y Hungría, que han expresado sus dudas sobre la viabilidad de esta transición.

Para prepararse ante este cambio, el Ejecutivo comunitario ha solicitado a las capitales europeas que elaboren planes nacionales detallados que expongan cómo planean desvincularse del gas y petróleo ruso para 2027. Estos planes deberán incluir información sobre los volúmenes actuales de importaciones y estrategias para gestionar la transición hacia fuentes alternativas, enfrentando cualquier obstáculo que pueda surgir en el camino.

Entre las alternativas mencionadas, se destaca el oleoducto de Adria, el cual conecta Croacia, Serbia y Hungría, como una opción viable para reemplazar el suministro rusos. Además, se estima que el impacto sobre los precios del petróleo será manejable, ya que no se espera que la demanda adicional para sustituir el petróleo ruso cause alteraciones significativas en los mercados globales.