Bustinduy advierte que el país enfrentaría un colapso si las trabajadoras del cuidado cesaran sus labores.

En un panorama que refleja la desigualdad y la precariedad laboral, el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ha señalado que el perfil típico de las trabajadoras del sector de los cuidados se asemeja a un "retrato robot de la pobreza". Esta realidad afecta sobre todo a mujeres mayores de 45 años, muchas de ellas extranjeras y que se encuentran en condiciones laborales muy desfavorables.
Durante un evento titulado 'Las trabajadoras de cuidados del Sistema de Dependencia', celebrado este jueves, Bustinduy advirtió sobre el impacto que tendría la ausencia de estas mujeres en el funcionamiento del país. "Si un día estas trabajadoras decidieran dejar de hacerlo, el país entero colapsaría", enfatizó, subrayando la vital importancia de su labor en la sociedad.
El ministro también expresó su preocupación por la falta de reconocimiento y valoración del trabajo que desempeñan estas mujeres, insistiendo en que “no habrá mejora posible en el sistema de dependencia sin una transformación profunda de las condiciones laborales en el ámbito del cuidado”. Su declaración se produjo a raíz de los resultados de un estudio que revela que en España hay una notable escasez de trabajadoras en comparación con la media de la OCDE, y que el 90% de los profesionales en este campo son mujeres, muchas de ellas inmigrantes.
Con un salario bruto promedio que se sitúa 10.000 euros por debajo del promedio nacional, el rostro del sector de cuidados refleja una realidad alarmante: una mujer extranjera de más de 45 años, trabajadora en condiciones precarias. "Esto no es aceptable", concluyó Bustinduy, dejando claro que la situación demanda atención urgente.
La reciente reforma aprobada por el Consejo de Ministros se centra en mejorar la calidad del empleo en este sector, un paso que Bustinduy describió como "ambicioso y valiente". "Transformar un sistema requiere un giro radical", añadió, haciendo hincapié en la necesidad de un cambio integral en el modelo de cuidados que distribuya equitativamente tanto la carga laboral como el reconocimiento social.
Las mujeres trabajadoras del sector revelaron en entrevistas que su experiencia está marcada por un "tono de resignación", ya que muchas sienten que su labor no recibe el reconocimiento social que merece. Esta situación pone de manifiesto la urgencia de abordar las desigualdades y precariedades que enfrentan en su día a día.
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