China interrumpe importaciones de madera de EE.UU. y detiene adquisiciones de soja a tres compañías estadounidenses.
En un nuevo giro en la ya tensa relación comercial entre China y Estados Unidos, la Administración General de Aduanas de China ha decidido suspendir la importación de troncos provenientes del territorio estadounidense, así como también ha revocado la capacidad de tres empresas estadounidenses para exportar soja al país asiático. Los argumentos esgrimidos se centran en salvaguardar tanto la salud pública como la seguridad ecológica, lo que hace que este acto tenga un papel relevante en la escalada de las fricciones entre las dos potencias globales.
Mediante un comunicado, las autoridades aduaneras chinas han hecho conocer que las empresas afectadas son CHS, Louis Dreyfus Company Grains Merchandising y EGT, a las que se les ha retirado la certificación necesaria para la exportación de soja hacia China. Este movimiento se interpreta como una acción defensiva ante la detección de cornezuelo y recubrimientos químicos en las semillas de soja estadounidenses que habían llegado al país.
Además, el comunicado advierte que la reciente decisión de suspender la importación de troncos también responde a la aparición de plagas forestales en productos provenientes de Estados Unidos. La medida busca impedimentos para que organismos dañinos ingresen al territorio, protegiendo así la producción agrícola y la integridad del ecosistema chino.
Estos nuevos obstáculos se suman a las represalias que Pekín ha venido desarrollando en respuesta a la reciente decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de aumentar los aranceles a un 20% sobre productos chinos, bajo el pretexto de que China no está haciendo lo suficiente para afrontar el problema de los opioides, incluido el fentanilo.
En consecuencia, el Ministerio de Finanzas de China ha anunciado que a partir del 10 de marzo, se impondrán aranceles adicionales de hasta un 15% a diversas importaciones agrícolas estadounidenses, abarcan productos como el pollo, el cerdo y la soja. Esto representa otro frente en la guerra económica entre ambos países.
El Ministerio de Comercio chino, a su vez, había manifestado anteriormente que respondería con “contramedidas” a las acciones de Washington y que había elevado una queja formal ante la Organización Mundial del Comercio, argumentando que las políticas arancelarias de Estados Unidos violan grave y sistemáticamente las normas comerciales internacionales y afectan las posibilidades de cooperación entre las naciones.
Además, China ha decidido hacer uso de su “lista de entidades no fiables”, que ahora incluye a diez empresas estadounidenses relacionadas con el comercio de armas a Taiwán, lo que se considera una violación de la soberanía china y un factor que agrava aún más la disputa bilateral.
Las autoridades chinas han expresado su fuerte insatisfacción respecto a las acciones del gobierno de Trump, subrayando la necesidad de un diálogo constructivo para resolver las diferencias comerciales en lugar de intensificar la confrontación. Un portavoz del Ministerio de Comercio pidió a la administración estadounidense que respete los derechos de otros países, argumentando que las medidas adoptadas perjudican a ambas naciones.
El Ministerio sigue insistiendo en que China ostenta algunas de las políticas de control de drogas más rigurosas y efectivas del mundo, y ha señalado que la cooperación entre ambos países en esta área ha sido extensa y ha dado frutos positivos.
No obstante, aseguran que la administración estadounidense ha esquivado su responsabilidad y ha tomado decisiones erróneas al incrementar aranceles sobre productos chinos bajo la justificación del fentanilo, lo que consideran una acción unilateral que ignora el contexto y las realidades del comercio internacional.
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