
Las calles resuenan una vez más con llamados a la protesta contra el gobierno de Netanyahu, mientras Ada Colau, exalcaldesa de Barcelona, y Jordi Coronas, concejal de ERC, comparten sus experiencias tras ser deportados de Israel.
Ambos políticos han hecho declaraciones contundentes al aterrizar en Barcelona desde Madrid, donde narraron el “trato degradante” que recibieron en el proceso de su deportación. Participants de la Global Sumud Flotilla, enfrentaron situaciones humillantes y de privación durante su breve tiempo en Israel.
Colau subrayó que lo vivido por ellos no se compara con el sufrimiento diario del pueblo palestino, instando a la comunidad internacional a enfocarse en detener la violencia y a facilitar el acceso humanitario. Aplaudió las manifestaciones que han tenido lugar desde la interceptación de la flotilla, señalando la importancia de mantenerse unidos por una causa mayor.
Describió la experiencia de ser interceptados en aguas internacionales como una “detención ilegal” y un “secuestro”, destacando que algunos activistas padecían condiciones médicas graves y no recibieron la atención necesaria. La exalcaldesa también mencionó la falta de sueño y los insultos que padecieron durante la detención.
Colau resaltó la solidaridad que surgió entre los miembros de la flotilla en medio de adversidades como drones y tormentas. Más de cien tripulantes han iniciado una huelga de hambre, y algunos también de sed, como una forma de resistencia contra el maltrato recibido.
En su relato, Colau enfatizó la agresiva bienvenida que tuvieron en el puerto de Ashdod, donde fueron sometidos a humillaciones por parte de fuerzas de seguridad. Narró cómo les obligaron a mantener una posición degradante durante horas, sometidos a gritos y agresiones verbales.
El traslado a prisión fue igualmente difícil. Colau relató que, después de horas sin comida ni agua, los arrestos fueron brutales, con un frío extremo añadido por el aire acondicionado de las furgonas en las que fueron transportados.
El ambiente en la prisión también era inquietante; Colau mencionó la presencia de una imagen devastadora de Gaza, con el lema “Bienvenidos a la nueva Gaza”, que daba cuenta de la preocupación por la violación de derechos humanos que sufrieron.
En medio de la profunda crítica a la actitud de Estados Unidos y la Unión Europea hacia Israel, Colau hizo un llamado a seguir movilizándose en defensa de los derechos humanos y contra lo que considera políticas neofascistas del estado israelí.
Desde otra perspectiva, Jordi Coronas reafirmó la urgencia de poner fin al “genocidio” en Palestina y subrayó la valentía de aquellos que tomaron parte en la flotilla. Recordó los altos y bajos de la misión, con un sentimiento de cercanía hacia sus compañeros, a quienes considera como parte de su familia.
El concejal compartió lo surrealista de haber sido presionados por la policía para firmar un documento que admitía falsedades sobre su supuesta entrada ilegal a Israel. Este hecho, dijo, es un reflejo de la realidad antidemocrática que enfrenta la región.
Al llegar al aeropuerto, alrededor de 200 personas esperaban a Colau y Coronas, entre ellas miembros de su partido y autoridades locales quienes brindaron su apoyo ante esta situación tan controvertida. La llegada fue recibida con solidaridad y un reconocimiento a su valentía frente a una realidad que exige visibilidad y acción.
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