De Aldama acusa a Marlaska de establecer una "zona Schengen" para favorecer el acceso de Delcy a la "sala VIP" en Barajas.

El debate sobre la controvertida visita de la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez a España en 2020 ha resurgido con fuerza tras las declaraciones de Víctor de Aldama, implicado en la trama conocida como 'Koldo'. En una reciente comparecencia ante la Audiencia Nacional, De Aldama desestimó las especulaciones que apuntan a que el avión que transportaba a Rodríguez cargaba maletas repletas de oro. Según él, la idea resulta absurda, sobre todo desde un punto técnico: “Con 12 maletas, el avión se cae”, sentenció.
El empresario reveló que el entonces ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, actuó rápidamente para facilitar el aterrizaje de la vicepresidenta en el aeropuerto de Barajas. Su papel fue clave para que se estableciera una zona Schengen que permitiera a Rodríguez bajar del avión y acceder a la sala VIP de la Terminal Ejecutiva. En su declaración, De Aldama dejó claro que la llegada de la vicepresidenta estaba programada bajo la premisa de que no habría inconvenientes, aunque todo cambió drásticamente cuando, apenas dos horas antes de su llegada, se encendieron las alarmas.
Los detalles sobre cómo llegó a enterarse de la situación son llamativos. Koldo García, asesor del exministro José Luis Ábalos, indicó a De Aldama que debía alertar a Rodríguez sobre la posibilidad de que fuera detenida a su llegada. “Pensé que era una broma, ya que ella viajaba en un avión privado, pero Koldo insistió en que la situación era seria y que era necesario que ella diera la vuelta”, explicó el empresario.
De Aldama también reveló que, paradoxalmente, esa noche había varias personalidades en el aeropuerto. Koldo estaba allí, y según sus palabras, “Ábalos no debería haber ido, pues al día siguiente tenía un desayuno con la vicepresidenta”. Como resultado de un aviso al presidente del Gobierno, Ábalos se vio obligado a asistir para gestionar la situación tensa que se presentaba.
Cuando se le preguntó si la intervención de Ábalos tenía que ver con evitar un conflicto diplomático o una posible detención de Rodríguez, De Aldama respondió enfáticamente que se trataba más bien de prevenir una crisis diplomática que de gestionar una detención. “La vicepresidenta fue clara sobre los problemas que podría causar su arresto”, sorpresivamente declaró.
El testimonio se desarrolló con más claridad al arribar a la pregunta sobre la creación de una zona Schengen para facilitar la llegada de la vicepresidenta y su comitiva. Según De Aldama, “fue ordenado que se estableciera una zona para que ella pudiera desembarcar y dirigirse a la sala VIP”. Afirmó que entre los miembros de la comitiva se encontraba Félix Plasencia, el entonces ministro de Turismo, quien también se unió a la delegación.
El relato de De Aldama incluyó momentos de tensión y ansiedad, describiendo un periodo de cinco horas de incertidumbre en el que se hablaba incluso de preparar un avión militar para que la delegación regresara a su país. Sin embargo, la solución se encontró poco antes del amanecer, cuando lograron sacar billetes para un vuelo de Qatar Airways. “La vicepresidenta fue conducida por el interior de la pista en un coche de la Guardia Civil hacia el avión y finalmente se marcharon a Catar”, relató.
En un momento de la declaración, su abogado le pidió comentar sobre las especulaciones referidas a las maletas que transportaba la vicepresidenta. “Es ridículo pensar que había oro en esas maletas. Si alguien entiende la logística de un Falcon 900, sabe que con 12 maletas llenas de ese tipo de carga, el avión no podría despegar”, insistió De Aldama, afirmando que el transporte de oro por parte de una vicepresidenta no tiene sentido, ya que existe la opción de utilizar valijas diplomáticas.
De Aldama sostuvo que la agenda de Rodríguez no era un simple viaje privado, sino que se trataba de una visita oficial en la que se programaron reuniones con diferentes ministerios. Se encargó personalmente de organizar su estancia en una casa de El Viso, asegurando que había una serie de medidas de seguridad implementadas por el Ministerio del Interior, incluyendo inspecciones por parte del CNI y la seguridad de la embajada venezolana.
La cena que se celebró durante su visita inicialmente estaba planeada en un restaurante, pero finalmente se decidió llevarla a la casa alquilada. De Aldama confirmó que anotar ‘M’ en su agenda significaba que contaba con la confirmación de la asistencia de varios ministros, incluyendo a Fernando Grande-Marlaska, Teresa Ribera, y el propio presidente del gobierno.
El empresario también mencionó que se había programado una reunión posterior con la fiscal general del Estado, la cual tendría lugar tras la cena, abordando un tema de gran interés para Venezuela: la extradición de El Pollo Carvajal, lo que demuestra la complejidad de las relaciones diplomáticas y los intereses en juego en esta visita.
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