El domingo 12 de octubre, Madrid fue el escenario del esperado desfile militar de las Fuerzas Armadas, un evento anual que reunió a la familia real española. Los reyes, Don Felipe y Doña Letizia, fueron los encargados de presidir esta ceremonia, que contó con la presencia de sus hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, un regreso significativo después de que las jóvenes se ausentaran en 2020 debido a sus estudios.

En esta ocasión, la Princesa Leonor destacó al portar el uniforme de su formación académica, reforzando así su rol dentro de la institución real. Tras haberse presentado el año anterior con el uniforme de La Armada, este año optó por el del ejército del aire, coordinando su atuendo con el uniforme de gala que lucía su padre.

Ambos, padre e hija, lucieron la distintiva banda de seda azul celeste de la Orden de Carlos III, un reconocimiento que la Princesa de Asturias recibió al alcanzar la mayoría de edad, simbolizando su acceso a nuevas responsabilidades como miembro de la familia real.

La Reina Letizia fue, sin duda, una de las protagonistas del evento, haciendo su entrada en un vestido de tweed en un elegante tono verde pino. Con su diseño de cuello cerrado, mangas francesas y una silueta ajustada que complementaba su figura, la reina robó todas las miradas y se consolidó como un ícono de la moda en esta ocasión tan formal.

Por su parte, la Infanta Sofía mostró un estilo sobrio y elegante al llegar al desfile. Aunque inicialmente llevaba una capa negra que ocultaba su atuendo, se la quitó minutos más tarde, revelando un vestido del mismo color adornado con lunares, lo que demostró su creciente confianza al vestir con elegancia en eventos de tal trascendencia.