MADRID, 10 de octubre (CHANCE) - En un emotivo y polémico cierre de capítulo, el dúo musical Andy y Lucas se despide de sus seguidores tras más de dos décadas de trayectoria este viernes en el Palacio Vistalegre de Madrid. Este evento marca el final de su gira titulada 'Nuestros últimos acordes', en la que han recorrido numerosas ciudades a lo largo del país.

Con una atención mediática intensa, ambos artistas se presentaron ante las cámaras, aunque decidieron no ofrecer declaraciones a la prensa. Este silencio ha generado aún más rumores sobre su compleja relación, dejando clara la tensión que ha caracterizado sus últimas apariciones públicas.

Durante su breve intervención, Lucas fue el único que tomó la palabra, señalando que no era el momento adecuado para hablar en medio de su despedida. "Es un día muy especial para nosotros. Nos encontramos bastante nostálgicos y queremos agradecerles por todo el apoyo recibido a lo largo de estos años", expresó, mientras enfatizaba la importancia del evento. "Hemos querido ser un modelo a seguir como grupo, y hoy no es el día para entrar en polémicas", agregó, marcando un claro deseo de centrarse en el significado del último concierto.

La tensión entre ellos era palpable, ya que Andy llegó al recinto con retraso y visible prisa, lo que alimentó los rumores de un distanciamiento personal. Su entrada improvisada durante la prueba de sonido contrastó con el ambiente melancólico del evento.

El concierto se llevará a cabo en un clima de controversia por lo que Lucas ha descrito como una "relación nula". En una reciente entrevista, mencionó que asumió el papel de empresario porque consideraba que era el más preparado para manejar los aspectos operativos de su carrera, en un claro intento de explicar la dinámica complicada que existe entre ellos: "No me quiero extender en esto, pero si yo intentara hacer de cámara, no lo haría bien. Desde el comienzo, fui yo quien gestionó todo: los pagos a los músicos, la logística y el merchandising", comentó.

Así, este último concierto no solo representa una despedida musical, sino también un cierre cargado de emociones y reflexiones sobre la complejidad de las relaciones en el mundo del espectáculo.