
La vicepresidenta segunda del Gobierno y titular de Trabajo, Yolanda Díaz, ha reiterado que su compromiso con la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas por semana ha sido una prioridad en su agenda, trabajando codo a codo con el partido catalán Junts. Sin embargo, dejó claro que las negociaciones no pueden estar sujetas a demandas absolutas, indicando que hay límites que no está dispuesta a cruzar para preservar la integridad del país.
Díaz, en declaraciones realizadas a Onda Cero y recogidas por Europa Press, enfatizó su comprensión del panorama parlamentario y de la representación de cada grupo político. A su juicio, el verdadero arte de negociar radica en encontrar un punto medio y no en adoptar posturas de fuerza que desvirtúan el proceso. "Negociar es sentarse a dialogar, no ejercer presión desde la creencia de tener el control", afirmó con determinación.
Cuestionada acerca de si Junts había intentado presionar al Gobierno en esta negociación, Díaz no dudó en calificar la postura del partido catalán como un error político al negarse a aceptar una reforma que, según ella, cuenta con un respaldo popular importante. “Esa medida es un triunfo de la lucha en la calle de los trabajadores”, subrayó.
Además, Díaz destacó que nunca había considerado a Junts como parte de un bloque progresista. Al mismo tiempo, defiende la importancia del diálogo con todos los partidos, incluyendo aquellos que no comparten una ideología de izquierda. "Es posible negociar con PNV, Esquerra, e incluso con el PP, siempre y cuando se aborden temas concretos", añadió, reafirmando su compromiso con un enfoque colaborativo.
En cuanto a la no asistencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al debate que resultó en el rechazo de la propuesta de reducción de jornada, Díaz aclaró que su presencia no estaba prevista. Subrayó que el presidente, seguramente, estaba al tanto del debate, que contó con la participación activa de miles de trabajadores afuera del Congreso. “No me sentí sola en absoluto; me emocionó defender esta causa”, afirmó con vehemencia.
Además, la ministra aseguró que desde el sector socialista del Gobierno no se le propuso retirar la norma de rebaja de jornada. “La bancada del PSOE estaba muy animada; este debate es fundamental para la vida de los ciudadanos. No importa el partido político de donde vengan los votantes, todos quieren ver esta medida concretada”, destacó, reafirmando su convicción de que no hay vuelta atrás en esta lucha.
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