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Educadoras infantiles españolas buscan mejores oportunidades en Alemania: "Aquí te sienten apreciada de verdad".

Educadoras infantiles españolas buscan mejores oportunidades en Alemania:

El retorno de educadoras de España a su país natal dependerá de la mejora en las condiciones laborales y educativas. Una de ellas comenta: "No exijo un salario igual al de Alemania, solo algo digno".

MADRID, 27 de julio. En la búsqueda de mejores oportunidades, muchas educadoras infantiles españolas han optado por migrar hacia Alemania, dejando atrás un entorno laboral que consideran "difícil" y "frustrante".

Estefanía Quiza, una joven de 28 años originaria de La Coruña, lleva seis meses en Alemania trabajando en un centro infantil en Frankfurt. "Aquí se siente uno realmente valorado, el sueldo no se compara con el de España", declara Estefanía con gratitud a Europa Press, destacando su integración total desde el primer día.

Las educadoras resaltan las barreras que enfrentan en España, donde conseguir un puesto en escuelas infantiles privadas es una tarea ardua debido a la escasez de vacantes. Además, para acceder a centros públicos deben superar un complicado proceso de oposiciones, lo que a menudo les obliga a aceptar empleos que no están alineados con su formación.

El descontento con los métodos de enseñanza en España se hace palpable, ya que muchas educadoras consideran que el sistema educativo se basa en "pedagogías obsoletas". Mientras que en Alemania las metodologías son más lúdicas y orientadas al desarrollo integral del niño, en España dominan enfoques que a menudo requieren "rellenar fichas".

La elevada ratio de alumnado también es una preocupación: "Aquí hay muchos niños en un mismo espacio y pocos educadores", lamentan. En contraste, en Alemania, las proporciones son mucho más favorables, garantizando una atención adecuada a cada niño.

Gracias a HELMECA, una firma alemana que se especializa en reclutar personal educativo, más de 1.000 educadores españoles han encontrado empleo en más de 300 escuelas en Alemania desde 2012.

Estefanía destaca la difícil situación que enfrentan las educadoras en España, donde, tras culminar sus estudios, deben enfrentar un proceso de oposiciones que muchas veces no les garantiza empleo. Previó su marcha a Alemania, había trabajado en una joyería mientras se preparaba para las oposiciones, sin obtener resultados exitosos, lo que generó en ella una profunda frustración.

A pesar de tener un trabajo estable en la joyería, no se sentía satisfecha. "Me había preparado extensamente para finalmente no poder ejercer lo que siempre quise", expresa con pesar.

En su nueva vida en Alemania, Estefanía aprecia que el enfoque educativo se centra en cada niño y su desarrollo integral. Contrasta esto con la situación en España, donde, aunque existen iniciativas, a menudo los proyectos son más generales.

Estefanía está feliz en su nuevo país y no planea regresar a España, salvo para visitar a su familia. Sin embargo, contempla un posible regreso si mejoran las condiciones educativas y salariales en su país.

Gemma García, originaria de Albacete, es otra educadora que ha encontrado en Alemania un nuevo comienzo tras sentirse "estancada" en su país. Al igual que Estefanía, Gemma también se siente frustrada por la competencia existente para obtener puestos en educación infantil en España.

Aunque ha tenido dificultades con el idioma, Gemma ha logrado adaptarse muy bien al sistema educativo alemán, disfrutando de un ambiente donde las leyes laborales son estrictas y se respeta un equilibrio entre trabajo y vida personal.

La educadora resalta que en Alemania no se lleva trabajo a casa y que el salario, tras un tiempo, es superior al que se ofrece en España. Ella considera que el aprendizaje infantil en Alemania se realiza de manera mucho más natural y sin excesiva dependencia de la tecnología.

Gloria Bretones, de Almería, tiene una experiencia similar. Después de cinco años de intentar obtener una plaza en España sin éxito, decidió mudarse a Alemania, donde ahora disfruta de condiciones laborales que le permiten trabajar de lo que ama.

En su nuevo puesto, Gloria valora la autonomía y la libertad que tiene para trabajar y crear proyectos. Opina que la pedagogía alemana es sustancialmente más innovadora que la española y que permite un desarrollo más autónomo y curioso en los niños.

La idea de regresar a España no está en su mente; cree que para que esto ocurra, el sistema educativo tendría que sufrir cambios significativos, aunque reconoce que lo consideraría si fuese solo por estar más cerca de su familia.

Paloma Moya, de Sevilla, también ha sentido que su talento no es apreciado en España. Actualmente trabaja en un centro concertado en Baviera y critica la precariedad laboral en las escuelas infantiles españolas, donde muchas veces las educadoras trabajan más horas de las que están contratadas.

La diferencia salarial es "abismal", asegura Paloma, quien destaca que en Alemania, tras completar sus estudios, muchas educadoras obtienen contratos indefinidos y salarios dignos. Para que ella considere regresar a su país, demands estabilidad y condiciones laborales justas. "No pido el mismo salario que en Alemania, solo lo suficiente para vivir con dignidad", concluye.