En un movimiento que ha captado la atención internacional, el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha comunicado hoy el envío de su portaaviones más grande, el 'USS Gerald R. Ford', con el objetivo de intensificar la lucha contra el narcotráfico en el Caribe. Esta decisión parece estar motivada por un contexto creciente de actividades criminales transnacionales en la región.

Sean Parnell, portavoz del Pentágono, ha destacado en sus redes sociales que este refuerzo militar busca mejorar la capacidad de Estados Unidos para identificar, monitorear y desmantelar operativos ilícitos. Este despliegue es parte de una estrategia más amplia del Comando Sur de Estados Unidos (USSOUTHCOM) para combatir la narcoactividad que afecta a Latinoamérica.

El anuncio se produce en un momento turbulento, justo tras la declaración del secretario de Defensa, Pete Hegseth, sobre la eliminación de seis miembros de una “narcolancha” vinculada al Tren de Aragua, un grupo criminal venezolano. Este ataque, llevado a cabo por fuerzas estadounidenses, ha desatado una serie de reacciones tanto dentro como fuera del país.

La escalada de tensiones ha llevado a un cruce de acusaciones entre el presidente Donald Trump y su colega colombiano, Gustavo Petro. En un discurso desafiante, Trump se refirió a Petro como un "matón" involucrado en el tráfico de drogas, sugiriendo que tomaría "medidas severas" si no cesaban las críticas hacia su administración.

Por si fuera poco, la retórica también se ha intensificado en relación a Venezuela, donde Trump ha autorizado acciones encubiertas por parte de la CIA. En respuesta, Nicolás Maduro ha ordenado el despliegue de tropas en cinco provincias, ampliando así la movilización inicial de 15,000 soldados tras el primer ataque estadounidense, lo que sugiere un endurecimiento de las posturas en el área.