El embajador estadounidense en la OTAN, Matthew Whitaker, ha eludido comentar sobre las insinuaciones del presidente Trump respecto a la posible expulsión de España de la alianza militar, en medio de crecientes preocupaciones sobre las expectativas de gasto en defensa. Durante un encuentro en Bruselas, Whitaker subrayó la importancia de que todos los miembros, incluida España, cumplan con el compromiso del 5% del PIB destinado a gasto militar, establecido en la última cumbre en La Haya.

Whitaker enfatizó que no existen excepciones para este acuerdo, destacando que "todos los aliados están obligados" a seguir lo estipulado en el artículo 3 del tratado, que subraya la necesidad de inversión en defensa. "No puede haber salvedades; cada uno de los 32 aliados tiene que adherirse al pacto", apuntó el embajador antes de la reunión de ministros de Defensa que se llevará a cabo este miércoles.

En su intervención, el embajador de EE. UU. manifestó las expectativas de que cada nación miembro logre alcanzar el objetivo del 5% en gasto militar, de los cuales un 3.5% debe ser destinado a inversiones directas en capacidades militares, fundamentales para mantener la seguridad en la región euroatlántica.

Whitaker remarcó la unanimidad entre los aliados en relación con el compromiso alcanzado en La Haya. Sin embargo, optó por no abordar directamente las recientes declaraciones de Trump, quien sugirió que España podría enfrentar consecuencias severas si no se ajusta a los estándares de gasto militar.

A pesar de la controversia, el embajador afirmó que un aumento en la inversión militar fortalecerá la seguridad colectiva de la OTAN y permitirá equilibrar la carga entre sus miembros, una demanda histórica de Washington. "La OTAN ha mantenido la paz durante 76 años, pero la situación internacional es demasiado inestable como para asumir que la seguridad está garantizada", concluyó.