Un reciente análisis de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) revela que, en un contexto de tensiones comerciales, el Producto Interno Bruto (PIB) global podría experimentar una caída significativa de hasta un 3,38%, mientras que la economía de Estados Unidos podría contraerse en un 3,78% si se implementara un arancel uniforme del 10% a todas las importaciones.
Este lunes, Fedea dio a conocer un estudio elaborado por Jorge Alonso Ortiz y José María Da Rocha, que examina las repercusiones inmediatas del shock arancelario impuesto por EE.UU., el cual comenzó en 2018 y escaló en 2025. El informe destaca que, con los aranceles anunciados, se anticipa una disminución del 0,82% en la producción económica estadounidense, una pérdida del 0,73% en el PIB global y una reducción del 0,74% en la economía española durante el primer periodo tras la aplicación de dichas tarifas.
El estudio presenta un escenario base en el que, al aplicar un arancel del 10% de manera uniforme, tanto Estados Unidos como la economía mundial experimentarían impactos negativos. No obstante, el estudio también señala que países como Canadá, China, México y los miembros de la Unión Europea podrían enfrentar pérdidas que oscilan entre medio y tres cuartos de punto porcentual en sus ingresos.
Los autores señalan que esta disminución en los ingresos es consecuencia de la interconexión de las cadenas productivas. A medida que un componente se encarece debido a los aranceles, los costos adicionales afectan a las cadenas de suministro globales, incluso en sectores que no tienen relaciones comerciales directas con EE.UU.
Además, el análisis plantea la posibilidad de agravaciones en la situación arancelaria, con un modelo severo que no solo mantendría el 10% en general, sino que aumentaría las tarifas al 25% para Canadá y México, al 15% para la UE y un impactante 145% para China. En este escenario extremo, el PIB global podría ver una reducción del 3,38%, mientras que el estadounidense podría caer en un 3,78%.
Desde Fedea advierten que en un ecosistema de producción tan interconectado, las guerras comerciales no se ganan, sino que se traducen en una disminución de los salarios reales y un aumento en la inflación importada. La experiencia histórica muestra que el mayor perjudicado en este tipo de conflictos comerciales suele ser quien inicia la confrontación.
El estudio también revela que, a pesar de las expectativas de cambios drásticos en el comercio internacional debido a los aranceles, el volumen de transacciones comerciales globales apenas cambiaría. Se estima que la proporción de exportaciones e importaciones respecto al PIB se reduciría en un 4% a nivel mundial, aunque la mayoría de los flujos comerciales que abandonan EE.UU. buscarían nuevos mercados, especialmente en México.
Los investigadores explican que en este contexto, los aranceles funcionan menos como barreras y más como mecanismos que redireccionan el comercio hacia otros destinos. En este sentido, el comercio no se crea ni se destruye, simplemente se redistribuye en respuesta a las nuevas políticas arancelarias.
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